Me van a comer viva, pero me importa un rábano. A las cosas hay que llamarlas por su nombre y atendiendo a lo que otros con más conocimiento de causa vienen anunciando, hay que contar las cosas como son y llamarlas por su nombre. Hace tiempo, mucho tiempo, los servicios de inteligencia patrios lo saben bien, se viene hablando de una invasión silenciosa de España y de Europa, del orbe occidental en definitiva. Primero se apuntó a los chinos, con tanto bazar y tanta mafia como se instaló en el madrileño Polígono de Cobo Calleja entre los que nada tienen que ver con esas prácticas. Pero de inmediato se fijó la atención en la cada vez más creciente comunidad musulmana.

Europa es un continente abierto y España un país de brazos abiertos, a veces de forma malentendida. A la culta Europa han traído prácticas y costumbres nada recomendables como la ablación del clítoris que se práctica impunemente con ignorancia de la autoridad competente, en muchas ciudades españolas. Y con costumbre tan salvaje y demoledora para la mujer, han ido introduciéndose otras relacionadas con la indumentaria. Además de los velos con todos los nombres habidos y por haber y que no se utilizan precisamente para la danza de los siete susodichos, han querido probar con el "burka", que sufrió un rechazo de plano y con el "burkini" que algunas feministas han respaldado en nombre de no sé qué extraña libertad cuando las propias musulmanas lo rechazan.

A las mezquitas que se levantan por doquier hay que añadir ahora, en la perla de Euskadi, San Sebastián, la primera universidad islámica en España. El centro impartirá sus clases a través de Internet, pero contará con una sede física dentro del centro cultural islámico de Donostia. Ya hay fecha para iniciar las actividades: el 1 de octubre del presente curso con docencia únicamente en árabe. A nadie pilla de sorpresa que los bilduetarras en concreto se identifican más con el islamismo radical que con cualquier otro movimiento político-religioso moderado. Allá cada cual con el caballo de Troya que quiera meter en su casa, pero hay que ser más prudentes y estar más vigilantes, sobre todo después de lo que se ha descubierto en una escuela islámica del Reino Unido, donde enseñan? ¡a matar!

No estoy condenando para nada la cultura y la religión árabes. Denuncio, simple y llanamente, que en los países de ese orbe en concreto no hay ni una sola universidad católica, protestante, laica o como sea. Denuncio que somos un poco "gilis", que practicamos un buenismo absurdo con los que practican un malismo mortal. Que si tanto les gusta el islam ¿por qué no abren escuelas y universidades en los países con esa religión? Porque lo que persiguen no es otra cosa que la implantación de la ley islámica que será muy buena para ellos, pero no para nosotros, especialmente si somos mujeres. Pero, claro, siempre hay quien apela a todo tipo de libertades, empezando por la religiosa y siguiendo por la de expresión y no miden las consecuencias.

Que quien sea, para mí Dios, nos pille confesados, porque como la invasión siga por la educación, las costumbres, la indumentaria, los hábitos y demás, esto pinta mal o como dijo no sé quién: ¡¡¡¡¡¡Europa, despierta, porque a este paso no va a quedar ningún europeo sobre tu faz!!!!!