Pues eso, que a no ser que de resultado la última baza, el aviso del gobernador del Banco de España advirtiendo que la independencia de Cataluña supondría de inmediato el corralito, dado que fuera de Europa y del euro, el BCE no remitiría fondos, lo mismo que ocurriera recientemente en Grecia, parece que el movimiento secesionista se impondrá con una mayoría absoluta muy justa pero suficiente para que los fanáticos secesionistas continúen su camino hacia el precipicio que es lo que supondría para aquella región española una declaración unilateral de secesión. A lo mejor funciona la amenaza del corralito, y de la subida de impuestos y de la inseguridad de las pensiones, pero la esperanza de que triunfe la sensatez y el sentido común en las elecciones catalanas son cada vez menores a medida que pasan los días, pues las fuerzas contrarias a la soberanía no parecen tener respaldo suficiente, pese a que la banca y las empresas se hayan mostrado claramente a favor de dejar las cosas como están. Que Ciudadanos sea, según las encuestas, la segunda lista que más votos puede obtener demuestra el desplome de PP y PSOE y que los catalanes que no quieren la independencia rechazan, sin embargo, el bipartidismo y apuestan contra los antipolíticos de los dos partidos tradicionales en favor de los nombres nuevos y los nuevos modos y manera. Muchos ven en Ciudadanos a la nueva derecha, joven, moderna y sin complejos que se necesita.

Tampoco en Grecia, como se acaba de comprobar una vez más, quieren para nada el regreso de los de siempre, del fracasado bipartidismo del Pasok socialista y la derecha que se denomina Nueva Derecha, y los electores han vuelto a apostar rotundamente por Syriza y por Tsipras que más realistamente ahora que antes habrá de encarar el tercer rescate por parte de la UE. Pero los griegos se la juegan, se la vuelven a jugar y pese a los riesgos evidentes apoyan esas otras formas de gobernar. A más de siete puntos de distancia ha dejado Syriza a sus adversarios, pese a lo que preveían algunas encuestas que dieron pie a que se especulase incluso con una coalición al estilo alemán. Pero, como antes, la izquierda renovadora y radical se apoyará en la extrema derecha. Un reiterado triunfo, el de Tsipras, que de cara a las generales de España favorece a Podemos y deja con la boca abierta a Rajoy y no tanto a Pedro Sánchez.

Y eso que en España, siempre diferente, el bipartidismo se mantiene a la cabeza en intención de voto según los últimos sondeos. Pendientes de lo que ocurra en Cataluña el domingo, que puede ser decisivo en las elecciones generales de diciembre, PSOE aparece ahora como el partido que sería el más votado, seguido de cerca por el PP, y ya más distanciados Podemos y Ciudadanos. Continúa subiendo el partido de Sánchez, incomprensiblemente, mientras se estanca el PP, aunque ambos grupos se encuentran en situación de empate técnico. Pero ninguno de los dos podrá gobernar en solitario y puede que no baste con el apoyo de Ciudadanos para los de Rajoy o de Podemos para los socialistas, y que haya que contar con un tercer grupo en liza. Datos nuevos: el PP es el partido que mayor antipatía y rechazo produce, nada menos que un 54 por ciento, seguido de Podemos. ¿Podría haber una entente PSOE-Ciudadanos?