Estoy hasta las narices y un poco más arriba de todos esos que se apuntan a las tertulias de las distintas cadenas de televisión, y desde su cómodo púlpito pretenden darnos lecciones de ética, de estética, de moralidad, de cultura, de política, de arte y de lo que se tercie, porque son "todo terreno" y lo saben todo, están al cabo de la calle de todo y las ven venir todas. Gente que suele levantar el índice acusador para señalar a diestro y siniestro, fundamentalmente a diestro, arrojando la piedra y escondiendo la mano. Solo que la piedra, a veces tiene trayectoria de boomerang y por muy escondida que se tenga la mano, acaba sacudiendo al lanzador.

Durante algún tiempo, ahora ya no tanto, José Ramón Julio Márquez Martínez, más conocido como Ramoncín, llegó a ser un fijo continuo en ese tipo de tertulias. Y opinaba. Y sentaba cátedra cuando lo hacía. Y pontificaba. Y a su criterio solo cabía añadir aquello de: "palabra de dios?." En minúscula, claro. Hasta que, mire por dónde, aquel que llamaba ladrones y no sé cuántas cosas más a los demás, ha sido investigado y pillado tras su paso por la junta directiva de la Sociedad General de Autores y Editores, donde cobró gran relevancia su posicionamiento en favor del canon digital.

Ese Ramoncín deslenguado, puntilloso y criticón con la carencia de honradez de los demás puede llegar a parar con sus huesos en la cárcel. ¿Por qué? Pues porque la Fiscalía Anticorrupción ha pedido cuatro años y 10 meses de prisión para él, por el "caso SGAE", acusado de los delitos continuados de apropiación indebida, lo que le acarrea dos años y diez meses, y falsedad en documento mercantil lo que lleva aparejado dos años. En total, los cuatro años y diez meses que le pide Anticorrupción.

Si la hizo que la pague. Como todo titirimundi a izquierda y derecha, provenga de la res pública o de la privada. Lo que ya no se puede consentir en España es que los que meten mano en el cajón se vayan de rositas. Y no solo eso, hay que exigirles que devuelvan lo rapiñado. Al parecer, este Ramoncín al que no han dolido prendas en dar caña a los corruptos "durante años presuntamente habría estado emitiendo y cargando a la Sociedad General de Autores y Editores facturas por supuestos servicios que, en determinados casos, no se corresponden con contraprestación alguna o son simuladas". La picaresca y la corrupción se han instalado en España a todos los niveles. Lo cierto es que la Sgae lleva años bajo la lupa de la Fiscalía Anticorrupción. Y todavía no ha salido todo lo que tienen que salir.

Sin embargo Ramoncín, cuando se sentaba ante una cámara en esos debates y tertulias tediosos, daba la sensación de ser el paradigma de la honradez, de la nobleza, de la integridad, de la probidad. De cara a la galería qué buenos son todos. Solo que muchos de ellos no soportarían la prueba del algodón. Desenmascararlos es un triunfo. Hacerles pagar un logro. Conseguir que devuelvan lo "distraído" una obligación. Meterlos en la cárcel es hacer justicia.