Entrecomillo el título porque la frase ha sido utilizada por una activista de "Femen" que ha protestado ante el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana, acercándose a él, como acostumbran estas mujeres, con el torso desnudo y dos razones al aire de una envergadura considerable. Estoy completamente de acuerdo con la frase, efectivamente protestar no es ilegal. Lo que debiera considerarse ilegal es hacerlo desnudas o semidesnudas. No es que me escandalice, es que esa no es la forma.

Las mujeres en general y alguna que otra en particular no hemos venido luchando a lo largo de los años por nuestros derechos, desde el rigor, desde la igualdad, desde la seriedad, para que un grupo de mujeres que dicen representarnos a todas, hagan lo que hacen las de Femen que, además, se abalanzan contra la persona o las personas objeto de sus protestas, restregándose bien restregadas. A eso yo lo llamo de otra forma bien distinta. Eso es otra cosa. Protestar, sí, lo que haga falta, con la razón y la ley en la mano, hacer "striptease" callejero, meter bulla de la forma que lo hacen estas mujeres, a mí, como mujer, me da vergüenza y pena a la vez.

Y me da vergüenza y pena porque no merecemos que se rebaje nuestra consideración. Porque no merecemos que, ahora, después de todo lo logrado, se deje de tomarnos en serio. Yo no podría tomar en serio a un hombre que viniera a reivindicar cualquier historia, por sagrada que fuera su reivindicación, si saliera desnudo de cintura para abajo, habida cuenta de que no es igual ni tiene las mismas connotaciones un desnudo de cintura para arriba en una mujer que en un hombre. ¿O no?

A mí un hombre que se despelote en la vía pública me puede causar indignación o risa o ambas cosas a la vez. La risa vendría dada en función del tamaño que, por cierto, al parecer, sí importa. Yo creo que se puede mostrar el desacuerdo con una ley y un ministro de otra forma. He descubierto que es gente que escucha. Lo digo por estos y por otros que fueron. Los habrá lejanos, prepotentes y déspotas, pero también los hay cercanos, sencillos, tolerantes, abiertos y liberales. José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, representa a la perfección al político cercano, sencillo, abierto, tolerante y además respetuoso y dialogante. De ahí que los clichés sean solo eso y no siempre se correspondan con la realidad. Si habrá libertad al respecto que "Femen" existe con el formato semidesnudo que todos conocemos. Aunque, lógicamente, haya que coparlas una vez que se tiran al ruedo para evitar el espectáculo.