El mes de agosto se ha convertido en el mes festero del año. La nueva sociedad, consolidada a partir de la segunda mitad del pasado siglo XX, ha entrado con tal fuerza que hasta al calendario le ha dado tal empujón, que algunas veces tienes la impresión de que todo ha cambiado, que todo es distinto y algunas cosas, hasta han cambiado de formato, de color y hasta de sabor cuando de la cocina se trata.

Por unos o por otros el mes de agosto ha aglutinado la mayor parte del calendario festivo y a lo más que hemos llegado es a localizar las fiestas con su remotísimo origen en el calendario litúrgico a determinados fines de semana.

Todo cambio crea una cierta tensión, un desajuste y a veces crea situaciones de auténtica crisis, hasta que los sujetos se adaptan; pero una vez adaptados, la fiesta es siempre bienvenida, bien acogida y disfrutada en plenitud por todos. Carbellino de Sayago, es un lugar cargado de ambiente, sereno, vivo y con recuerdos tan emotivos y arraigados que es difícil olvidarlo. Su plaza, su Ayuntamiento, su crucero, el ambiente de algunas de sus calles, los hornos de la alfarería, la ermita, las fuentes, la sencillez de su iglesia, sus restos de pinturas constituyen una especie de recordatorio cuando llega allí y además encuentras esa acogida, casi fraternal, cargada de sinceridad, y de atenciones, que hace mucho más atractivo el recuerdo.

El pasado 22 de agosto, Carbellino celebró sus fiestas de verano y la plaza del Ayuntamiento, esa plaza donde el granito y la arquitectura tienen su asiento, vivió y disfrutó en plenitud la fiesta, completando el programa la actuación del grupo de baile tradicional "Bajo Duero", recordando esas tradiciones tan arraigadas en el alma sayaguesa y que hacen saltar a la plaza a las mayores y a las jóvenes que completaron el programa emparentando con el grupo visitante y creando un ambiente de evocación de tiempos ya lejanos y con indumentarias que son puro recuerdo y auténticas joyas. El alcalde, Benito Sánchez Piorno, con su experiencia y su actividad estuvo al pie del cañón como siempre y como lo acredita su actividad y su eficacia. Benito, que vive y siente su preocupación por su pueblo, está siempre en primera línea de la actividad y de la responsabilidad y eso cuenta y se traduce siempre en las cosas bien hechas y bien rematadas.

Doña Alicia Simón, cargada de experiencia y de recuerdos, también estaba en la primera línea de acción. El aula en la que tanto se enseña, pero que tanto enseña, suele marcar para siempre y seguro estoy que más de un bordado, de una cinta o de un sayo lleva su sello y su dibujo.

Sin duda la fiesta, llena de recuerdos, de alegría y de tradiciones, ha marcado un año más esos recuerdos, esos encuentros y esos reencuentros que a veces sólo se repiten cada varios años. No puedo pasar, porque no sería justo, sin recordar, hablando de Carbellino, a dos hermanas: la señora María y la señora Pilar, que durante muchas décadas mantuvieron vivo uno de los alfares de más solar de la provincia, que estuvieron en la Plaza de Viriato desde 1973, hasta que el propio calendario las privó de la posibilidad de manejar el torno. Ya no alimentará el horno el señor José, pero espero que el horno camino de la ermita se conserve, se mantenga auténtico monumento que constituye una referencia en la historia de Carbellino. Muchos recuerdos guardan y conserva Carbellino: los aires del Tormes, de un lado, y el alma sayaguesa, fuerte y serena se conjuntan de tal manera que atraen, enganchan y es muy difícil no volver cuando has respirado el ambiente festivo del lugar.