Ya sé que cada vez nacen menos niños en España. Ya sé que cada vez se tienen más tarde. Ya sé que el problema preocupa a la autoridad competente y a los encargados de realizar el censo. Ya sé que si la tónica descendente sigue, dentro de poco ni censo ni nada. Los indicadores demográficos nos hablan de que en el pasado año el número de nacimientos descendió un 3%, el número medio de hijos baja y lo único que sube es la edad media para concebirlos que se sitúa en los 31,5 años.

Los expertos del Ine dicen que este descenso de la natalidad se produce porque hay menos mujeres en edad fértil y menor tasa de fecundidad. Y eso no solamente ocurre entre las mujeres españolas, también ha bajado el número de hijos de mujeres extranjeras en España. La edad media, entre las españolas es de 32,1 años, mientras que la de las extranjeras es de 29. En 30,2 años se sitúa la edad media entre las mujeres que tienen su primer hijo. Y un detalle que no puede pasar desapercibido, sube varios puntos el porcentaje de nacimientos de mujeres no casadas. En los últimos 20 años, este porcentaje ha aumentado un 27,4%.

Sirva todo este prólogo para celebrar un reciente natalicio. Porque en Zamora, que también forma parte de la estadística, afortunadamente siguen naciendo niños. El pasado domingo venía al mundo Emiliano Ángel Alonso Herrero. Un bebé querido, un bebé deseado, un bebé esperado que tiene a sus felices papás, Leticia y Emiliano, en una nube, casi sin dar crédito a lo que han sido capaces de crear por amor. Emiliano Ángel es un como un muñequito, que pesó al nacer 2,880 kilos y que tiene embobada a toda la familia. Juntos han llorado y han reído al coger entre sus brazos al que se ha convertido en juguete de la familia.

No me extraña, el pequeñín es una monada que ha venido a llenar de alegría a la familia y al censo que crece lentamente, pero crece, que es lo importante, aunque no tanto como los zamoranos quisiéramos. Menos mal que, de vez en cuando, se produce un natalicio que nos llena de esperanza y que renueva las ilusiones. Mal nos vamos a ver de aquí a unos años si parejas como el matrimonio formado por Leticia y Emiliano no se animan. Ya sé que la cosa no está para familias numerosas, pero cabe esperar que los recién nacidos de hoy sean los hermanos mayores de mañana.

El bebé de Leticia y Emiliano ha venido al mundo en una fecha que presagia cosas buenas, 3-3-2013. Dicen los expertos que la energía envuelve este número y que los nacidos en día 3 brillarán por donde vayan porque son dueños de un magnetismo personal acorde con su imagen carismática. Yo no sé si Emiliano Ángel ha venido con un pan bajo el brazo, que también, lo que sí sé es que los astros le son propicios. Esa «hora corta» que se desea a las parturientas se cumplió con creces en Leticia. Hoy es una madre feliz que se ve todavía más realizada en su hijo. A los abuelos tanto maternos como paternos, Ángel y Maribel, Emiliano y Mari Luz, darles la enhorabuena más cordial. Los cuatro se estrenan como abuelos y están como locos con el bebé. Decía García Márquez: «He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre». Emiliano Ángel ha atrapado a sus padres y a sus abuelos desde el momento justo de su nacimiento. ¡Enhorabuena a todos!, y como se dice en estos casos: ¡salud para verlo crecer!