Bueno, porque lo he leído en las páginas de nuestro periódico porque si me lo dicen no me lo creo. Que sí. Que la campaña de desratización está en marcha. El Servicio de Sanidad Pública del Ayuntamiento de Zamora se ha puesto manos a la obra y no va a dejar una sola alcantarilla sin desratizar. Cuánto me alegro, porque de algunas alcantarillas del centro venían saliendo ratas como gatas preñadas. Decía el titular de nuestro diario que «los expertos recomiendan extremar las precauciones en niños y animales». Señores expertos, hasta ahora quienes tenían que extremar las precauciones eran los niños, los animales y también los adultos. Ratas ha habido que han dado más de un susto y más de dos, debido a su tamaño.

Todo lo que el Ayuntamiento realice por la sanidad pública, bienvenido sea. Ahora que estamos de enhorabuena porque acometen una nueva campaña de desratización que comenzaba a hacerse necesaria, desde el respeto más absoluto para que no haya interpretaciones, les voy a pedir en nombre de muchos ciudadanos de esta noble y leal ciudad que sean valientes, que sean «echaos palante» y acometan de una pajolera vez la «despalomarización» de Zamora. Buena falta hace.

Sufrimos una invasión y no porque lo diga yo que soy una de las cientos de vecinas afectadas por la plaga. Recientemente lo comentaba un experto que habló no solo de los destrozos que estas avecicas producen, también hizo hincapié en las enfermedades y en la multiplicación de la especie del año pasado para acá. El Procurador del Común ya intervino en una ocasión en este sentido dando la razón a los demandantes. Solo que se hizo caso omiso de su sabia conseja.

Las palomas se han adueñados de aleros, canalones y tejados haciendo unos destrozos insoportables y no solo para la economía de los afectados. Son daños reparables, pero costosos, y no están las cosas para dispendios. Pero hay que pensar en que la lluvia no avisa y si no se ha previsto la pertinente reparación el mal es mucho mayor. Y todos los veranos igual. Las palomas a destrozar durante todo el año y las comunidades de vecinos a invertir en retejos que muy bien podrían evitarse.

En Palma de Mallorca y en otras ciudades incluso más próximas se ha hecho limpieza general de palomas y todos tan contentos. En esta materia los ecologistas no pueden decir ni pío, salvo que paguen ellos y sus organizaciones las facturas de los vecinos. Dicen los expertos que es francamente fácil deshacerse de esta población no censada que causa tantos estragos. Si se acomete la desratización de sumideros y colectores públicos de la red de alcantarillado, ¿por qué no hacer lo propio con las palomas?

La tranquilidad higiénica de los ciudadanos también pasa por la supresión estos animalitos alados que, además, tienen la puñetera manía de dejar huella cuando se tiende la colada. Dos trabajos y dos gastos, porque la huella inequívoca de estas aves requiere una vuelta de tuerca por la lavadora. Y no están las cosas para darle alegrías a Iberdrola que nos está sacando bien sacados los cuartos con la anuencia del Gobierno de España.

Bien por la campaña de desratización que se lleva a cabo. La cosa será óptima cuando atiendan esta súplica, que está respaldada por cientos de vecinos afectados del centro de Zamora, e inicien la «despalomarización» de la ciudad.