Hay que reconocer que, aunque los resultados no acompañen demasiado hasta la fecha, una de las áreas municipales más dinámicas y emprendedoras del Ayuntamiento de Zamora es la que se dedica a promover el turismo en cualquiera de sus formas. Está en todas partes el edil responsable, ganándose el buen sueldo, y no para en cuanto a promover iniciativas que puedan servir para atraer visitantes. Eso está bien, porque cuando hay ideas unas pueden hacerse realidad y otras no, unas puedan convertirse en un éxito y otras en un fracaso, pero cuando ni siquiera hay ideas, cuando ni siquiera se intenta nada, los resultados ya se sabe cuáles son y de eso hay larga y ancha experiencia en la ciudad.

Ahora, le ha tocado el turno a la promoción de Balborraz, que es una de las calles más bonitas no ya de Zamora, por supuesto, sino de la región, y que aunque en ocasiones se ha pretendido utilizar como foco dinamizador del alicaído casco histórico nunca ha servido más que como sede de celebraciones coyunturales y eso pese a su cuidada restauración. Lo que se va a hacer en torno a Balborraz lo ha calificado Rosa Valdeón, la alcaldesa, como una experiencia-piloto. Y eso es lo que va a ser, en principio, pero una experiencia interesante pues parece bien pensada y con posibilidades. Un proyecto capaz si no de atraer turismo por sí mismo, sí valedero para incardinarse y ser un aliciente más de una zona tan rica en historia y arte y a la que se ha añadido recientemente el atractivo del castillo y su entorno, y en todo caso para el mejor recreo y servicio de los zamoranos, que siguen siendo fieles al centro antiguo.

Lo primero que se va a hacer, este mismo verano, es montar un mercadillo semanal, los sábados, pero un mercado de artesanía provincial que se espera sirva para dar un empujón comercial a una parte de la ciudad que tan necesitada está de ello, dada la caída experimentada por el comercio tradicional sobre todo desde que se hizo efectiva la peatonalización de la zona. Y habrá igualmente exposiciones al aire libre, que siempre pueden atraer público y que darán al espacio una pátina cultural que se quiere mantener con una sala de muestras y una serie de actividades como representaciones teatrales y conciertos musicales que tendrán lugar en un escenario que será montado en plena calle. Además, Balborraz va a ser iluminada convenientemente e incluso contará con servicio wifi para que tanto expositores y actuantes como el mismo público que ande por el lugar puedan conectarse a internet desde allí mismo.

Habrá que ver qué tal resulta y en ese sentido parece un acierto lo de empezar ahora, con el buen tiempo, aunque es evidente que en invierno las cosas cambiarán un tanto, aunque el mercado artesanal puede mantenerse igual. Si la gente va al mercadillo habitual de los martes a las afueras de Zamora también irá al mercado artesanal, que da para mucho, una vez que se acostumbre. Y sin hacerse tampoco demasiadas ilusiones cabe pensar que, en efecto, y como desde el Ayuntamiento se entiende, el nuevo aliciente de Balborraz puede unirse al resto de los atractivos de una zona monumental que gusta mucho a propios y extraños. Lástima que se perdiese la sede de Las Edades del Hombre ¿verdad?