Pues eso: que no hay médicos. No los necesarios. Y, encima, a los que hay, les pagan poco. Por lo menos en Castilla y León. Y en Zamora. Esa parece ser la causa primera de los atascos y hasta colapsos que se han registrado en los servicios de urgencias de algunos hospitales durante estas vacaciones navideñas, según denuncian los sindicatos y los partidos de oposición. Pero la escasez de facultativos afecta tanto a la atención especializada como a la atención primaria. Dice el PSOE que estamos en cuadro, que son necesarios más médicos de familia y especialistas en toda la comunidad autónoma. De hecho, las autoridades sanitarias se han visto negras para realizar las sustituciones de rigor en las zonas periféricas y cubrir debidamente las guardias durante estos últimos tres puentes navideños. Y denuncian los socialistas que, durante estos días vacacionales, el tiempo de espera en atención primaria ha llegado a ser de cuatro horas, y hasta de ocho en el caso de los servicios de urgencias de algunos hospitales. Tampoco sería una situación aislada, excepcional, porque asegura el presidente de Uscal que lo más grave es que este caos sucede todos los fines de semana del año, "porque es evidente que las plantillas están diezmadas".

Se acabó aquello de tirar de la bolsa de empleo del Colegio de Médicos, como ocurría hace veinte años aquí mismo, en Zamora, donde muchos jóvenes profesionales tenían que conformarse, si querían currar, con realizar alguna sustitución de vez en cuando e incluso con efectuar labores burocráticas en los puestos más insospechados, porque la oferta de parados era muy superior a los empleos disponibles. Es evidente que la planificación académica y laboral del sector ha fallado. Y aunque no voy a exonerar de responsabilidad a nadie, no sería justo culpar de esta situación a los actuales gobernantes, que llevan cuatro años en el macho, cuando la formación de un médico supone como mínimo diez años: seis de la carrera, más cuatro o cinco del Mir, en función de la especialidad, porque creo que alguna hay de seis añitos. Aquí ha ocurrido algo así como en la contingentación de producciones de la PAC, salvando las distancias, que de los excedentes hemos pasado a la escasez e incluso a la penuria y tenemos que recurrir a la importación para cubrir la demanda.

Bueno, la comparanza no es la más idónea, lo admito, porque la realidad es que sí hemos "producido" un buen número de personal sanitario, médicos y enfermeros, pero se nos ha ido. En Castilla y León, según el presidente de Uscal, en los últimos cuatro años ha habido una auténtica desbandada de médicos que vivían de los refuerzos y de las sustituciones, que se han marchado a otras comunidades y a otros países en pos de mejores sueldos y de estabilidad laboral. Y en el ámbito nacional, más de lo mismo: alrededor de 8.500 médicos españoles se han ido al extranjero en busca de mejoras laborales, principalmente a Portugal y Gran Bretaña, y muchos de ellos procedentes de Zamora y Salamanca, provincias que más han sufrido esta desbandada. "Los profesionales son pocos y se van donde se les trata mejor", dicen los médicos. Y es que seis euros por la hora extraordinaria es la décima parte de lo que cobra un cerrajero.

Y si, además, los responsables políticos sanitarios mantienen ese 30% de déficit de facultativos en las plantillas de los servicios públicos, la saturación en la atención acabará siendo crónica. Y más deficiente.