Ave Francisco (de Asís), las que van a morir, te saludan". Las que van a morir no son otras que las aves en general y las gallinas en particular. La gripe aviar les ha puesto cerco y están cayendo como moscas. El problema ya no está sólo en el continente asiático, el problema se ha trasladado a Turquía y al continente negro, Africa es el rigor de las desdichas, lo digo con dolor, porque de norte a sur y de este a oeste sufre todos los estigmas habidos y por haber. Los países ricos siguen mirando hacia otro lado con respecto a Africa. No hay petróleo, no hay gas, no hay nada que pueda atraer al gran inversor europeo, asiático y americano y se les deja solos a su suerte que es nula. El hambre, la sed y la enfermedad se están cebando en la población de la mayoría de países. Por si fueran pocos los estigmas, todos ellos sangrantes, la gripe aviar ha hecho acto de presencia en Africa occidental y más concretamente en Nigeria.

Problema por partida doble, porque hay que sacrificar automáticamente todas las aves de las granjas ubicadas en los tres focos donde ha sido detectada, y esas aves son el comercio y el sustento de numerosas personas. La mala suerte se ceba con Africa, la mala suerte está de su lado. Encima, no llueve ni durante la época de lluvias que por aquellos países ecuatoriales suele ser copiosa e incesante. No hay más que echar un vistazo al estado lamentable de la situación en Kenia. Ni un solo país se libra. Los niños son los primeros en caer, los primeros en sufrir las consecuencias.

En España la autoridad competente ya se ha curado en salud. España ha prohibido importar aves procedentes de Africa. Cerradas las fronteras al problema hay que contar con otro añadido: las aves emigran. Y no tardando mucho las que llegan de Africa surcarán los cielos de nuestro país hacia el norte, pero cuántas de ellas se quedarán y cuántas llegarán infectadas. Al cielo, donde vuelan libres las aves, y al campo no se le pueden poner puertas. La autoridad competente está en ello y cabe esperar que tendrá en cuenta cualquier posibilidad al respecto. Sólo nos faltaba que la gripe aviar entrara en España de incógnito y se aposentara, quedándose entre nosotros. Somos tan buenos anfitriones, tan abiertos, tan plurales, tan acogedores que tampoco sería de extrañar. Sanidad no debe bajar la guardia. Pero es que tampoco la debe bajar con los cientos de subsaharianos que, de forma ilegal, llegan por mar y por tierra a España. Llegan de países como poco sospechosos y donde la vida importa menos que nada.

El problema es importante y cierto es que se creía pasajero. No es así. Es un problema itinerante, un problema viajero que hoy está en Asia, mañana en Africa y puede que pasado en Europa. Las condiciones son distintas, pero la enfermedad no repara en ello. La gripe que viene no es precisamente la que todos los inviernos nos sacude, obligándonos a tomar medidas en forma de vacuna. La gripe que viene es la aviar, que es más peligrosa e incluso mortal por traicionera. Nadie nos puede asegurar que Europa está libre de padecerla.