El fuego cruzó "la raya". El fuego no entiende de fronteras, ni de visados, ni de pasaportes. No sabe de idiomas ni de leyes, marras o mugas, su ley y su lenguaje es universal, común a todas las latitudes, a todos los pueblos y culturas, desde el paleolítico hasta el siglo presente. Salta por encima de todos los obstáculos, salva precipicios, accidentes geográficos, señales de todo tipo, no escucha, porque no oye, voces de terror, de angustia o de miedo. Es el gran invasor. Para defenderse de él y para luchar contra él, para dominarlo y limitarlo a los lugares que le imponemos, o sea, para domesticarlo, hacen falta exquisitos cuidados y comportamientos por parte de los humanos acordes con las características de este singular activista que una vez desatado acoge en su seno toda clase de colaboradores, desde el viento a todo lo que encuentra a su paso. Y sólo tiene un enemigo que le domina radicalmente, el agua, pero ésta no está siempre cerca, ni es lo suficientemente abundante para apagar el furor y la fuerza irresistible de las llamas.

Pero el hombre civilizado y esa sociedad que ha creado, se han visto obligadas a poner en marcha y organizar de manera práctica y efectiva una serie de medios que además del agua, y con la eficacísima colaboración de ésta, sirvan para acabar, cuando se puede de manera radical, con ese agente devastador y en casos más complejos y difíciles localizarlo o limitarlo a espacios a los que hay que sacrificar inevitablemente. Junto a estos medios y a estos planteamientos hay eso que ahora se llaman infraestructuras, propias y adecuadas para combatir y luchar contra ese agente tan agresivo, voraz y a veces rápido cuando hay colaboradores tan activos como es el viento. Y junto a esas propias en exclusiva habrá que complementar y adaptar otras que pueden coadyuvar en la lucha contra éste cuando se desata.

Hace dos días pasó "la raya" hacia Villarino Tras la Sierra el fuego. Pasó "la raya". Antes "la raya" estuvo en el Alto de la casita y en ese cordón que separa villarino de San Mamed, la repoblación ganó muchas hectáreas, estamos en una zona desde la villa de Alcañices que supone el mayor número de hectáreas repobladas de la provincia en la época en la que se comenzó la repoblación de montes públicos y hoy es una zona que ofrece ese potencial en sus tierras, potencial que hay que cuidar y vigilar cuidadosamente.

Desde el Atlántico hasta el Esla, al Norte del Duero las características, salvando determinadas características geográficas, constituyen una unidad y unidad debe considerarse a

la hora de la prevención sobre ese peligro, de lo contrario correremos siempre el riesgo de encontrarnos con la sorpresa de unas llamaradas que cruzan "la raya" sin pedir permiso, y desatada la tormenta siempre es peligroso su comportamiento por las circunstancias que pueden rodearla.

Villarino, San Mamed, Latedo o el río Manzanas constituyen parte de esa zona fronteriza, un rincón cargado de sorpresas, en las que no sabes qué elegir porque te atrae todo, la afabilidad de sus gentes que te acogen como uno más cuando llegas, o el aire sosegado, apacible y añadiría que excepcionalmente vital que se respira en aquella quietud aun encontrándote en plena naturaleza. Sirva esta anécdota de hace treinta años cuando acompañé a nuestro musicólogo Miguel Manzano a san Mamed para recoger unas canciones localizadas en aquel rincón y acompañados de aquellos magnetófonos, verdaderos armatostes, en una cocina, mientras él recogía el testimonio sonoro de media docena de hombres ya maduros yo recogía, escuchando a un octogenario, el señor Miguel, todo un anecdotario de ese hagiotopónimo que se repite curiosamente varias veces en lugares al norte del Duero.

Zona intensamente repoblada, cargada de riesgos que hay que evitar y esas repoblaciones deben dar en su momento su fruto, pero en su tiempo y en la medida que pida el cuidado y la servidumbre que el bosque, el monte, el arbolado y en general la naturaleza nos exige, si no queremos convertir esa naturaleza en tierra calcinada, que sin duda, como siempre, la naturaleza pasará su factura.