Buena se ha armado con la última ocurrencia del PSOE de Castilla y León, sin duda buscando votos de futuro, de modificar y ampliar su discurso autonomista y hablar, para incluir en el borrador de base de la reforma del Estatuto regional, de cuestiones tan insólitas y sacadas de la manga como la oficialidad de un segundo idioma: el dialecto leonés, según una propuesta anunciada por el mismo secretario de los socialistas en la comunidad, el leonés Angel Villalba y apoyada desde León y desde Salamanca. Porque desde otras provincias de la región no apoyan los del PSOE tales tesis leonesistas, aunque naturalmente harán lo que diga el partido, que para eso están.

Lo que resulta increíble es que el PSOE se salga ahora con esta historia cuando siempre ha mantenido lo contrario, una posición que por supuesto ha compartido siempre el PP que ha considerado intocable el mapa de las autonomías, y en concreto la unión administrativa de Castilla y León, dos reinos históricos, como la mejor solución posible tomada en su momento. Porque además son concesiones absurdas que ni siquiera convencen a los movimientos leonesistas, que hay unos cuantos, y que ven en la idea socialista un oportunismo de forma para seguir igual en el fondo. Desde la UPL se ha calificado como "chorradas" la iniciativa, y en su línea de siempre insiste en la segregación de la comunidad actual para crear otra formada por León, Salamanca y Zamora, o en su defecto, y hasta que ese cambio se lograse declarar la doble regionalidad de la región, con la mitad de las consejerías en León, claro. En fin, un disco ya muy conocido a todos los efectos que ha sido inoportunamente removido por unos políticos que parecen capaces de todo, incluso de volver al pasado, con tal de no enfrentarse a los problemas reales, a los problemas de ahora mismo, a los problemas que de verdad importan a la gente.

Más les valdría que se ocupasen de ello, del paro existente en la región, de la despoblación y del nivel económico existente. Según un estudio de La Caixa, Castilla y León se halla por bajo de la media nacional y mantiene un fuerte desequilibrio entre sus provincias, entre las cuales, casi es innecesario señalarlo, por desgracia, Zamora ocupa el lugar de cola con la renta familiar más escasa, entre 9.300 y 10.200 euros al año. En cuanto a la despoblación, es la segunda provincia española que más habitantes ha perdido en el curso de los últimos cinco años y la comunidad es la que menos ha crecido en ese tiempo. Una situación que desde la Junta se está intentando atajar, sin conseguirlo, y sin que pueda conseguirse, en realidad, dada la carencia de empleo. Que ese es el verdadero quid de la cuestión: los puestos de trabajo que faltan, algo por lo que el gobierno regional y las administraciones deberían preocuparse más que por la despoblación, que quedaría atajada en cuanto hubiese empleo, un objetivo que debería copar todos los esfuerzos y aunar todas las voluntades políticas. Ponerse a discutir sobre el dialecto leonés o sobre el reparto de consejerías, cuando además se sabe de sobra que nada va a cambiar, parece cuando menos demasiado frívolo y un desprecio al sentir de la mayoría de los ciudadanos.