Al igual que otros pueblos de La Carballeda, Cernadilla es un lugar vetusto y noble. Está formado por edificios de una notable calidad, construidos con piedra ollo de sapo, extraída de canteras inmediatas. Esta roca, de carácter metamórfico, contiene los mismos elementos que el granito, pero se diferencia por mostrar numerosos nódulos de feldespato que evocan las verrugas de la piel o más bien los ojos del batracio del que toma nombre. Tal material permite una labra minuciosa, por lo que en esta comarca fue aprovechado masivamente por los canteros. Lograron crear con él muros que se pueden considerar obras perfectas. Admiran los elaborados de sillería, pero sorprenden mucho más los de humilde mampuesto, en los que encajaron bloques irregulares con una singular maestría.