¿Te mueres por unas patatas bravas? No eres el único y es más que probable que no hayas probado las mejores. Pueden estar en Madrid, en Pamplona o en Zamora, pero hay unas con la firma de Karlos Arguiñano con la que te chuparás los dedos.

Las comparaciones entre establecimientos se vuelven inevitables y la búsqueda de las mejores bravas se convierte en todo un reto para los amantes de la cocina.

Primero, la salsa

En el caso de la receta de Karlos Arguiñano, explicada en televisión para todos sus espectadores, la clave para conseguir unas patatas bravas perfectas se encuentra en encontrar un buen acompañamiento. En primer lugar, hay que lograr una salsa con el punto idóneo de picante. Para ello, el chef vasco cocina una salsa casera a base de dientes de ajo, cebolla picada, tomate triturado, aceite, sal y alegría riojana, la guindilla roja que consigue darle el toque perfecto de sabor. También una mayonesa que servirá para complementar.

El ingrediente sorpresa

Una vez conseguida la salsa, entra en juego un ingrediente poco habitual para este tipo de plato: unas salchichas que harán que el entrante resulte mucho más completo y que se potencien el resto de gustos.

En caso de que las salchichas no sean del agrado del comensal, Arguiñano ha compartido a lo largo de su trayectoria otras fórmulas para acompañar las patatas bravas. Una de sus alternativas es cocinar porciones de rape empanado, que, eso sí, se mezclarían con otro tipo de salsas -su apuesta: la de yogur-.