Los trucos de la abuela nunca fallan: ni para la salud, ni para la educación y ni mucho menos para la cocina. Para saber el punto exacto al que llevar los alimentos para que se 'comporten' como queremos al cocinarlos, es importante la experiencia. La forma más natural de aprender cuánto tiempo deben estar al fuego, a qué temperatura, tapadas o destapadas... es el simple ensayo y error. Así que... ¿por qué no sacar partido de todos los que han cometido muchos errores hasta aprender lo que funciona? Aquí tienes un compendio de errores frecuentes y de consejos para que los guisos te salgan exactamente como quieres que salgan.

Sigue la receta

Las recetas, por lo general, funcionan. Si alguien las ha dejado escritas y se las ha pasado a los demás, es por algo. Está bien que experimentes con cambios menores o que juegues con las especias para darle tu toque personal a un plato, pero si es la tercera vez que se te pegan las lentejas... quizás deberías intentar desviarte menos de la receta que te pasó tu abuela.

No subas el fuego para acabar antes

Es un error extremadamente típico a pesar de que es algo bastante lógico. Suponer que si aumentas la temperatura a la que se cocinan los platos simplemente estarán listos antes es una idea que cualquiera que tenga algo de experiencia tras los fogones sabe que no funciona. En muchas ocasiones las cosas necesitan su tiempo, y la cocina es uno de los ejemplos más claros. Hay una temperatura óptima para que los alimentos se cocinen como es debido, y, por lo general, acelerar el proceso solo juega en contra del cocinero.

Si no estás seguro de tu capacidad de multitarea, no lo hagas

Ser eficiente en la cocina es un buen rasgo. Poder ir preparando los siguientes ingredientes o limpiando los cacharros ya usados hace más rápido todo el proceso desde que empezamos a cocinar hasta que lo dejamos todo recogido. Pero, si no estás absolutamente seguro de que tienes bajo control tu tarea principal, que es cocinar, no hagas otras cosas mientras tanto. Si por fregar la tabla en la que has cortado las verduras se te pegan las lentejas al fondo de la olla, vas a estar lamentándote durante bastante rato.

¿Hay que remover?

En muchas recetas, incluyendo las lentejas, hay que hacer más para seguir la receta que simplemente echarlo todo en la olla, taparlo y volver a abrir la tapa treinta minutos después con el plato terminado. Ten en cuenta si hay que remover o no cada cierto tiempo, o será fácil que, cuando destapes la olla, te encuentres un mazacote de lentejas pegado al fondo.

Usa utensilios de madera o silicona

Aunque esa cuchara metálica que compraste sirva para casi todo, lo cierto es que es mala idea usar utensilios que puedan rayar la olla. Si eso pasa, todo se va a pegar con mucha más facilidad. Si no te gusta la idea de usar madera, por el motivo que sea, adquiere herramientas de silicona con las que trabajar, pero es mejor abstenerse de utilizar metálicas.

¿Cuánta agua pongo?

Es una de las preguntas del millón, y la primera respuesta no te va a dejar satisfecho: depende. La proporción puede variar ligeramente en función de tu fuego y tu olla, pero el cambio más importante viene de las ollas tradicionales a las ollas exprés. En el primer caso lo adecuado es usar cinco tazas de agua por cada taza de lentejas, mientras que en el segundo es mucho menos: tres por cada una.

Me he pasado de agua... ¿cómo lo arreglo?

No es ideal, pero si no tienes más solución, coge un par de cazos de las lentejas y tritúralas bien. Después échalas de vuelta al guiso y remueve hasta que se integren correctamente. Así podrás apañar el plato que se había quedado demasiado líquido.