La afición comenzó al participar en los certámenes de belenes que organizaba Caja Zamora pero, poco a poco, los concursos desaparecieron y la tradición se asentó. El ya habitual belén de la familia Bernal Iglesias -que esta Navidad cumple 27 ediciones- es uno de los montajes privados más conocidos de la ciudad, sobre todo porque es visitable por cualquier zamorano aficionado a los belenes.

Desde principios del mes de noviembre Juan Manuel Bernal, solador de profesión, "rasca" horas tras su trabajo para idear y luego poner en práctica nuevas versiones del Nacimiento. Los escenarios son diferentes cada año, desde un desierto hasta un pueblo castellano. Las figuras son siempre las mismas, pero la colección va aumentando de Navidad en Navidad hasta lograr tener un repertorio que ya supera el centenar de piezas, todas ellas de una calidad muy cuidada.

Este año el ambiente elegido ha sido un pueblo pesquero, al que no le falta detalle: tiene su muralla, su cascada y su lago.

Además, en todos estos escenarios siempre realiza algún guiño a la ciudad de Zamora, aunque él es de Huelva. En esta edición, un tramo de la muralla recuerda mucho al arco de doña Urraca, pero en ese belén se han visto representados el lago de Sanabria o la Catedral.

Detalles

Una de las singularidades de este año está en la escena de la Anunciación, que el autor ha querido "esconder" en una gruta, por lo que el visitante tiene que agacharse para descubrir el acontecimiento.

Este particular montaje puede visitarse estos días navideños en la carretera de La Hiniesta 115, en horario de 19.00 a 21.30 horas. "Merece la pena acercarse hasta allí para disfrutar de él", anima la mujer del precursor, Ana Iglesias. De hecho, los visitantes que acuden a disfrutar de este belén la primera vez, ubicado en un local propiedad de la familia, se vuelven habituales año tras año cuando descubren este pequeño tesoro navideño.