Un año más -y van dieciséis- llegan los Encuentros Literarios de la Biblioteca Pública de Zamora.

La finalidad que persiguen es múltiple, como anuncia la Biblioteca en su Portal: que los alumnos conozcan, escuchen y charlen personalmente con el autor, que resolverá las dudas que la lectura de sus obras haya planteado a dichos alumnos.

Parece un objetivo modesto o sencillo. Sin embargo, en una ciudad como Zamora, con una Feria del Libro de escasa dotación económica y olvidada por las grandes editoriales para la presentación de novedades o de autores de calidad, la función que cumplen es de un valor incalculable.

Que el alumnado zamorano tenga la posibilidad de departir con autores que publican actualmente, que puedan consultarles sus dudas, interpelarles sobre sus lecturas de infancia, adolescencia o juventud, sobre sus hábitos o manías a la hora de escribir, genera en muchos de ellos el deseo de plasmar por escrito experiencias, ficciones o sentimientos. En otros, hace nacer el interés por obras literarias que el autor o autora ha citado en su intervención.

En definitiva, estos Encuentros Literarios despiertan los deseos en nuestro alumnado de leer, escribir y crear. Desde luego, algo nada sencillo en la sociedad actual.

Los Encuentros, a lo largo de su ya dilatada historia, han superado momentos complicados, e incluso en plena crisis económica sus responsables pelearon para garantizar la supervivencia de los encuentros, y ofrecieron carteles de un nivel excepcional. Y esa es otra de las claves del éxito de esta actividad: el "buen ojo" de Asun Almuiña para elegir en cada edición a escritores y escritoras que conectan con el alumnado, que además de crear obras literarias, son capaces de "bajar a la tierra" y sincerarse sin tapujos ante ese salón de actos abarrotado cada jueves durante seis semanas por alumnos de todos los centros que imparten Bachillerato en la capital.

En las ediciones precedentes, han desfilado por la Biblioteca Pública de Zamora autores de la talla de Agustín García Calvo, Espido Freire, Martínez de Pisón, Alejandro Gándara, Bernardo Atxaga, Jesús Ferrero, Marta Sanz, Juan Antonio González Iglesias, Blanca Andreu, Soledad Puértolas, Antonio Orejudo, Carme Riera, David Trueba o Luis García Montero, entre otros muchos narradores y poetas de un nivel excepcional.

Pero yo me quedo con algunos momentos mágicos en ese salón-templo de nuestra querida Biblioteca: Kirmen Uribe explicando por qué había incluido la leyenda zamorana de San Atilano en su novela Bilbao, Nueva York, Bilbao, Premio Nacional de Narrativa; Raquel Lanseros recitando algunos de sus poemas de Croniria en medio de un silencio sobrecogedor; los poemas visuales de Miriam Reyes, que sorprendieron por igual a alumnado y profesorado; Domingo Villar con una cola de alumnos esperando su firma como si se tratase de la Feria del Libro de Madrid con su novela policiaca Ojos de agua; o Paco Roca, el historietista valenciano, que impactó a todos con sus dedicatorias dibujadas en tiempo récord de sus novelas gráficas El Faro y la premiadísima Arrugas, en 2012, en lo que ha sido el penúltimo acierto -digo "penúltimo" porque estoy convencido de que habrá más- de los responsables de estos encuentros: la incorporación desde ese año 2012 de autores de novelas gráficas a la cita literaria con el alumnado zamorano.

Así, tras Paco Roca, nos han visitado autores gráficos de la talla de Alfonso Zapico con su obra Dublinés, o Javier Olivares y Santiago García con Las Meninas, encuentros que enriquecen siempre las preguntas de los alumnos del Bachillerato artístico, que, como es lógico, muestran una sensibilidad especial hacia este tipo de obras.

De esta misma edición, recordaré siempre a Karmelo C. Iribarren recitando "Te miro para que te quedes". Si no conocen este poema, búsquenlo. No se arrepentirán. Resume su poética: lo sencillo se hace sublime.

En definitiva, solo puedo felicitar a la Dirección actual y anterior de la Biblioteca Pública del Estado de Zamora, y desear una larga vida a los "Encuentros", que brillan con luz propia entre las actividades culturales -y me refiero a la Cultura "en mayúsculas"- de la ciudad.