El trabajo les ha llevado lejos de su tierra, pero eso no impide que los jóvenes zamoranos recién emigrados a otros países renuncien a participar en las elecciones del próximo 24 de mayo. Yaiza Martín, residente durante varios meses en la localidad francesa de Nantes, ha aguardado pacientemente la cola en el consulado de París para ejercer su derecho al voto. "El proceso es complejo y caro y todo para que quizás el voto no llegue a tiempo", apunta. Por ello, se proclama firme defensora del voto por Internet. "En algunos países, como Estonia, existe y funciona muy bien. O si no, la procuración, una manera de votar que existe en Francia y que ahorraría mucho dinero a los españoles que nos encontramos fuera. Y, por supuesto, estaríamos seguros de que nuestro voto se efectúa", resume.

Al otro lado del Atlántico, Cristina García Casado sigue desde Washington la actualidad política de la ciudad. "Con Internet podemos ver los informativos, los programas de análisis, las tertulias y los debates. Cuando aquí desayunamos, España lleva despierta seis horas, así que no hay polémica o gran noticia que se escape a Twitter o Facebook", señala. En su caso, le ha resultado fácil acceder a la información sobre el proceso para votar a distancia. "Además, aquí cada día hay más españoles, así que el boca a boca también funciona muy bien para enterarse de este tipo de cosas", agradece.

Fieles a sus raíces, los descendientes de emigrantes también reivindican el derecho al voto a pesar de las trabas burocráticas. La presidenta de la Colonia Zamorana en Cuba, María Antonia Rabanillo, califica de "frustrante" la solicitud del voto rogado, aunque admite que ha mejorado "con la posibilidad de solicitar el voto por Internet". Aun así, no falla en su cita con las urnas. "Yo fui de las primeras en recibir la disposición de voto, ahora con el temor de que las boletas de votación no lleguen a tiempo", comenta preocupada. Su principal demanda pasa por un cambio político para que la elección también se extienda a los mandatarios locales. "Los zamoranos en Cuba estamos preocupados por no poder participar como quisiéramos, dando con nuestro voto el respaldo al proceso electoral de nuestra provincia y autonomía, ya que no podemos hacerlo con las elecciones municipales".

Néstor Seijas, vicepresidente del Centro Zamorano de Buenos Aires, se muestra muy interesado por las elecciones de este próximo 24 de mayo, "aunque entre nosotros es muy grande la bronca de tener que rogar el voto, lo consideramos una verdadera injusticia", expone. Esos obstáculos no le impiden enviar su voto. "Creo que hay que votar, aunque la mayoría de la emigración no lo vaya a hacer. Los pedidos en esta ocasión han sido mucho menos que en la última elección", informa.

Aprovecha para demandar el voto en las elecciones municipales, derecho que se otorgó hasta 2007. "Esperemos que la próxima legislatura reforme la ley de nacionalidad para permitir que miles de nietos de abuelas españolas puedan solicitar la nacionalidad. La actual ley no lo permite y es una verdadera injusticia", añade.

Tampoco renuncian al derecho los extranjeros residentes en la capital. Andrés Citti, argentino que lleva viviendo en Zamora catorce años, reconoce que, aunque esta vez el trabajo no le ha dejado mucho tiempo para estar bien informado de la campaña electoral, tiene intención de votar. "Como argentino, tengo que decir que he vivido grandes decepciones a nivel político", confiesa. A pesar de ello, participa en el proceso electoral. "Creo que en España hay personas que deciden dedicarse a la política para contribuir positivamente en la sociedad y se les puede dar una oportunidad a través de nuestro derecho a votar".

Mayor conocimiento de la ciudad tiene la francesa Bénédicte Hélaine, después de más de 25 años en Zamora. Acepta que los políticos locales no tengan en cuenta a los extranjeros en sus programas electorales. "Somos pocos y para ellos casi no existimos", apunta, pero es crítica con cómo desaprovechan las bondades de la capital. "Como extranjera, veo a Zamora como una pequeña joya. Si estuviera en Francia la tendrían mucho más mimada y con mayor reclamo turístico. Creo que no valoran lo que tienen. Deberían viajar más y aprender de cómo se cuidan este tipo de ciudades fuera", aconseja.

"Defiendo la opción de Internet, en algunos países, como Estonia, ya existe y supondría un gran ahorro"

"El proceso es complejo y caro y todo para que quizá tu papeleta no llegue a tiempo"