El candidato del Partido Popular a la presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció este domingo el regreso de las procesiones de Semana Santa a las calles de Zamora durante la próxima primavera. El aspirante a revalidar el cargo al frente de la comunidad autónoma aseguró que la tasa de vacunación alcanzada y la inmunidad generada por la variante ómicron permiten comunicar ya una decisión que da vía libre a las cofradías para preparar la vuelta a las calles después de dos años de vacío.

La procesión de la Esperanza, en 2019. | Emilio Fraile

Si todo marcha bien, dentro de 66 días, el Mozo cruzará el puente de piedra para dar inicio a una Pasión zamorana que será muy especial. Por las ganas, por la nostalgia y por los que se han ido entre las primaveras de 2019 y de 2022. Mañueco realizó su anuncio en un acto de campaña en Ávila, consciente de que el Gobierno que salga de las urnas será quien determine las medidas sanitarias vigentes en abril, pero convencido de que la situación sanitaria ya permite avanzar “este logro”.

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El presidente de la Junta de Castilla y León remarcó que la “prudencia” es una de las máximas del Gobierno actual, pero también hizo una defensa de la tradición y de las raíces para justificar su anuncio a más de dos meses vista de la Semana Santa. “Saldremos a expresar nuestra religiosidad y a admirar nuestro arte”, apuntó Alfonso Fernández Mañueco.

El candidato del Partido Popular aprovechó también esta comunicación para situar a su organización como garante de la continuidad de determinados ritos religiosos, aunque en Zamora nadie duda del deseo colectivo de que las procesiones regresen a las calles en el momento que sea posible. Ese sentimiento también se percibe desde la Junta pro Semana Santa, cuyos responsables encajaron bien la noticia ofrecida por Mañueco.

La presidenta del colectivo, Isabel García Prieto, aseguró que las cofradías reciben esta información como “un paso importante” para llevar de nuevo su Pasión a las calles: “Es un avance para todos y nos hace ver que el final de lo que hemos vivido está más cerca”, señaló la responsable de la Junta pro Semana Santa, en coherencia con lo manifestado también con su secretario y presidente de la cofradía del Silencio, Rufo Martínez, que tildó la noticia de “fantástica”.

El representante de la Semana Santa zamorana confirmó que las cofradías llevan meses trabajando con el escenario de recuperar los desfiles procesionales y agradeció el espaldarazo recibido a través del mensaje de Mañueco: “Definitivo no es nada en esta vida, pero quien tiene los datos y la responsabilidad ha dicho que se podrá hacer”, apuntó Martínez.

Perspectiva de pautas sanitarias

En esa línea, el secretario de la Junta pro Semana Santa auguró una Semana Santa “muy emotiva”, en la que “se verá que todo el mundo tiene ganas”. Ahora bien, la perspectiva es que su celebración sea “casi normal”. Es decir, aún habrá determinadas medidas sanitarias para controlar un posible repunte de los contagios.

Así lo esperan tanto García Prieto como Martínez. La presidenta de la Junta pro Semana Santa se mostró a la expectativa de conocer “las pautas sanitarias” que deberán seguir las cofradías. El deseo es “volver, pero siempre con seguridad”. También lo expresó de un modo similar el secretario del colectivo, que recordó las palabras del obispo de la diócesis, Fernando Valera, al hablar sobre la cuestión en año anterior: “Llegaremos hasta donde podamos, pero siempre cumpliendo las normas”, señaló.

Martínez comentó que las cofradías serán “imaginativas” para hacer todo lo posible por celebrar la Semana Santa: “La incidencia parece que desciende de forma clara, pero quedan más de dos meses y habrá que ver si nos piden pruebas, cómo está lo del uso de la mascarilla en exteriores y qué pasa con los cargadores”, repasó el presidente del Silencio.

La situación de la mascarilla en exteriores o la necesidad de test, entre las dudas

La capital espera que todo se desarrolle sin contratiempos, pero el interés no solo se centra en la ciudad. Hay determinados pueblos que ansían el regreso de la Pasión para poder celebrar sus tradiciones centenarias sin más parones. Entre ellos, destaca el caso de Bercianos de Aliste, donde los desfiles son un ejemplo de devoción e implicación ciudadana y, de un tiempo a esta parte, también un atractivo turístico de primer orden.

Ese sector, el del turismo y la hostelería también espera con avidez unas fechas en las que el lleno se da por hecho. Es más, los responsables políticos dedicados a la promoción de la ciudad y la provincia entienden que los esfuerzos se deben centrar en otras fechas, ante el poder de atracción de la Semana Santa por sí misma, una capacidad que facilita que, en los días festivos, la ciudad suela quedarse sin plazas hoteleras para cubrir la demanda de los visitantes.

El último gran parón

La Semana Santa de Zamora constituye uno de los eventos anuales más esperados. La ciudad se vuelca para respaldar una cita que no solo se entiende desde lo religioso o lo sentimental; también influye lo económico. La recaudación de determinados negocios durante esos días permite que sus dueños hagan colchón y dejen atrás otras fases, especialmente las del inicio del año, que tienden a ser más complicadas.

Esa fuente de ingresos se secó en 2020 y se limitó mucho en 2021. El primer año de la pandemia, toda la ciudadanía estaba confinada; en el segundo, no hubo procesiones, aunque sí hubo desplazamientos a la ciudad, especialmente de los hijos de la tierra, que facilitaron el movimiento en las calles. En todo caso, nada comparable a una Semana Santa normal.

Hay que recordar que, antes del COVID, el último gran parón tuvo lugar en los años 30 del siglo XX. Ahora, la ciudad confía en acumular de nuevo varias décadas sin preocuparse de nada más que de la previsión del tiempo.