Molina demostró ayer a la afición del Pabellón Angel Nieto que tiene capacidad de asumir la responsabilidad en el puesto de central donde Octavio parecía irreemplazable. Su actuación de ayer fue para enmarcar y para convencer a sus compañeros y a la afición de que la dirección del ataque pistacho está en buenas manos. Sus 9 goles lo ratifican.