El Caja Rural Atlético Benavente FS tira de épica una vez más para hacerse la victoria en un partido en el que dejó escapar una ventaja de cuatro goles. El Real Betis Futsal “B” no se rindió y tuvo contra las cuerdas a los blanquiazules durante toda la segunda parte.

Ambos equipos, conscientes de la importancia que pueden tener tres puntos en una competición tan apretada, sabían que tendrían que poner toda la carne en el asador para llevarse la victoria. La afición local también era consciente de ello, y un abarrotado y enfervorecido Pabellón Municipal La Rosaleda sirvió como afrodisíaco para un Caja Rural Atlético Benavente FS que apabulló a su rival durante toda la primera parte.

El encuentro poco tardó en ponerse de cara para los locales cuando, a los siete minutos de juego, una gran jugada de Preciado por el carril derecho era rematada por Fran con un acrobático remate frente al que nada pudo hacer el cancerbero visitante. Los blanquiazules pronto percibieron las debilidades de su rival y no pararían de aprovecharlas.

Quien golpea primero, golpea dos veces. Siete minutos después del primer tanto, de nuevo Preciado haciendo añicos el carril izquierdo del Real Betis Futsal B, se sacó un potente punterazo, en cuya trayectoria se coló con pillería Dilín para poner el segundo tanto en el casillero local. El Caja Rural Atlético Benavente FS quería más, y la afición, también.

Pocos minutos después, Raúl, ala bético, cometía penalti por mano y veía la tarjeta roja. Ibarra sería el encargado de patear la pena máxima en busca del tercer tanto de su equipo y engrosar así sus cifras goleadoras; sin embargo, se topó con Jaime, arquero visitante, que repelió su potente derechazo para mantener vivos a los verdiblancos.

Mientras Dani Simón, de lo mejor del encuentro, hacía inútil cualquier acometida visitante, los verdiblancos comenzaban a desesperarse y el partido comenzaba a calentarse. El conjunto verdiblanco, a pesar de todo, seguía peleando e intentando poner en apuros al Caja Rural Atlético Benavente FS.

El partido se encaminaba hacia el entreacto, pero los blanquiazules aún no habían dicho su última palabra. A falta de tres minutos para el intermedio, una vez más, Jesús Preciado se sacó un punterazo con su bota izquierda frente al que nada pudo hacer Jaime para conseguir así un gol que llevaba mereciendo todo el encuentro y que hacía estallar el júbilo en el graderío de La Rosaleda.

Todavía quedaba tiempo para algo más, e Ibarra se sumó a la fiesta con un nuevo tanto para sacarse la espina del penalti anteriormente fallado. Una gran jugada de Malaguti, que dejó a dos rivales por el camino, cedió para su compañero y el pívot madrileño no perdonó. Con un toque sutil, raso y al segundo palo, ponía el 4-0 mientras crecía la locura en el pabellón.

Con la tranquilidad de tan generosa ventaja, el Caja Rural Atlético Benavente FS salió más relajado tras el entreacto, mientras que los verdiblancos salieron a comerse el encuentro como si fuera empate. Parecía un partido totalmente diferente a lo visto en la primera mitad.

En el primer minuto de la segunda mitad, la pizarra de Ramón Martínez dio a su equipo el primero de los cinco tantos que acabarían anotando los verdiblancos. A balón parado desde el costado derecho del 40x20 de La Rosaleda, una jugada combinativa culminaría con Pablo, ala verdiblanco, empujando a placer el cuero al fondo de la red para poner el primero de su equipo y de su cuenta particular.

El Real Betis FS B seguía creciendo en el partido y embotellaba cada vez más al combinado local. Una nueva jugada de toques rápidos dejó vendido a Dani Simón, que nada pudo hacer para evitar que Pablo, de nuevo, dos minutos después de abrir su casillero particular, anotara el segundo tanto visitante. Los béticos comenzaban a creer.

El 4-3 llegaría tras un penalti por mano en el área benaventana. Juanan, pívot verdiblanco, se sacaría un obús directo a la escuadra, imparable para Dani Simón para recortar distancias y ver la remontada como una realidad cada vez más palpable.

La tranquilidad volvió al conjunto blanquiazul cuando Ibarra, que un rato antes había salido de la pista dolorido tras un fuerte golpe, resurgió de sus cenizas cual ave fénix y se cocinó una jugada para dejar sentado a Jaime y definir a placer con su pierna derecha para poner el quinto gol local en el electrónico.

Dani Simón seguía a lo suyo, pero no se puede parar todo. Tras una nueva intervención milagrosa, el jugador bético cazaría el rechace y lo estrellaría en el larguero; sin embargo, ahí estaba de nuevo Pablo, con la caña preparada para remachar y poner el 5-4.

Los verdiblancos mantenían el asedio a la portería benaventana, y tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. El cántaro, pues, se rompió a falta de dos minutos para el final del encuentro. Aunque con suspense, el remate de Charly se colaba en la portería tras golpear en el poste.

En una fiesta con tantos goles, Charliente no iba a pasar sin apuntarse. El ídolo benaventano, siempre oportuno y siempre bien colocado en el segundo palo, empujaba un balón raso desde la banda derecha para hacer estallar el absoluto delirio del graderío de La Rosaleda y darle, una vez más, la victoria a su equipo con un agónico tanto.

El ritmo de competición no para para los blanquiazules, que el martes recuperarán el encuentro aplazado frente al Peñíscola FS, también en La Rosaleda. Partido, a priori, complicado, dada la categoría del rival, pero está visto que este equipo siempre compite, por muy complicadas que se pongan las cosas.