La ilusión de la Liga volverá al Pabellón Municipal La Rosaleda este sábado a las 19.00 horas. El Caja Rural Atlético Benavente llegará al partido con la cabeza alta, aunque con la moral algo “tocada”, pues el sueño copero no fue sino un efímero espejismo que tan pronto como vino, se desvaneció. La derrota por 1-4 frente al Viña Albali Valdepeñas FS permite al combinado benaventano soñar únicamente con la Liga, con esos tan ansiados y disputados puestos de play-off de ascenso a la máxima categoría del Fútbol Sala español.

El rival de este fin de semana, el filial del Inter Movistar FS, se encuentra penúltimo en la tabla, a ocho puntos del umbral de la permanencia. De las dos únicas victorias cosechadas esta temporada para el conjunto madrileño, solo una de ellas ha sido lejos del Pabellón Fundación Montemadrid de Alcalá de Henares. Resultados que van íntimamente ligados al mal momento que atraviesa el primer equipo del club, que en esta temporada está utilizando el filial más que en otras ocasiones.

Si bien es cierto que el conjunto local ha encadenado dos derrotas consecutivas, también es verdad que esas dos derrotas han sido contra rivales de un gran nivel, siendo un equipo de Primera División y el líder indiscutible de Segunda, y ante ambos dio la cara y consiguió competir, aunque luego el resultado fuera un castigo demasiado severo para lo merecido.

Es por ello que los de Chema Sánchez ven en este partido una ocasión para devolver la ilusión a su gente y reengancharse a la senda de la victoria para poder seguir peleando por los puestos de play-off, todo ello en un solo movimiento. El conjunto madrileño, por su parte, llega al encuentro tras haber cosechado su segunda victoria la jornada pasada, en el derbi frente al CD Leganés FS, colista de la categoría. Por ello, buscarán la tercera para poder acercarse a una salvación que cada jornada que pasa parece más y más difícil.

La afición benaventana, siempre fiel, no ha dejado de apoyar a su equipo en ninguna de las dos derrotas, pues ya lo demostró tras el final del partido de copa, cuando todo el pabellón se puso en pie para aplaudir durante unos minutos a unos jugadores que se habían dejado la piel en la pista. Los mismos jugadores que tratarán de devolver en forma de victoria este sábado una parte de ese cariño recibido.