No pudo ser. El Quesos El Pastor encajó ayer en Zaragoza una nueva derrota en un encuentro que fue a ráfagas pero en el que el poco acierto bajo el aro en ciertas fases terminó por ser clave (70-60). Así, el “efecto Fran García” no surtió efecto, auqnue bien es cierto que el equipo dio buena imagen y se desgastó sobre la pista.

La falta de acierto condena a un buen Quesos El Pastor

El inicio en Zaragoza no fue, ni de lejos el deseado. Con un parcial de salida de 6-0 la situación se puso rápido en contra para las zamoranas que, eso sí, demostraron acierto en el rebote. Con Marina Lizarazu dirigiendo el juego, las de Fran García, que debutaba en el banquillo tras la destitución de Ángel Fernández, empezaron a carburar. El equipo supo recomponerse a las dudas iniciales, entró en el partido y pareció mejorar en defensa, algo que le permitió recortas distancias. El reto del Queso El Pastor era mantenerse vivas y con opciones, algo que estaban logrando con un 9-7 cuando se llegaba al ecuador del primer parcial, instantes después, igualar el tanteo. Los dos técnicos movían con rapidez el banquillo para dar más movilidad a un partido que perdía intensidad por momentos. Era importante para las del Zamarat mantener la concentración y es que en apenas unos compases, en un arreón local, se pusieron 9 arriba (19-10), aunque Okonkwo logró desde la línea de tres recortar casi sobre la bocina (19-13).

Con el mismo quinteto con el que había finalizado el primer tramo continuó Fran García sobre la pista, pero en este reinicio de encuentro el Casademont encontró canasta con demasiada facilidad. Eso llevó a las locales a ir tomando ventajas que fueron de hasta 17 puntos (38-21) con un juego fluido que las del Quesos El Pastor no conseguía frenar. Quirante desde la línea de tres maquillaba el resultado, al igual que hizo Wolf sacando petróleo de las segundas jugadas pero ese repunte final no impidió verse 14 abajo (46-32) a la llegada al descanso. No obstante, quedaba claro que había mucho que mejorar para dar la vuelta al partido, sobre todo en defensa y es que las locales anotaban con demasiada facilidad.

El guion no cambió tras el asueto, y a las primeras de cambio el Casademont se iba 18 arriba (52-34) obligando a Fran García a un tiempo muerto. Zaragoza estaba haciendo sufrir a las naranjas y se veía cómodas a las jugadoras locales ante un Zamarat al que le volvía a faltar gasolina. La falta de acierto bajo el aro estaba siendo clave y el talón de Aquiles de ambos equipos y es que superados los seis minutos de reanudación el parcial en el pabellón era de 9-6. Estaba siendo un tercer tramo de trabajo, pero poco brillo para dos equipos que estaban experimentando un porcentaje anotador bastante pobre, fallando canastas fáciles que impedían a las del Quesos El Pastor entrar en el partido.

Con un desalentador 55-35 se inició el último en el que el Zamarat debía encomendarse a la épica. Con un parcial de 0-7 las zamoranas metieron el miedo en el cuerpo a las locales (55-42) aunque Casademont trataba de reaccionar para evitar sorpresas.

Hacía falta una marcha más y el Zamarat vivía sus mejores minutos poniéndose en la barrera psicológica de los 10 puntos (63-53) a falta de cuatro minutos. Un nuevo triple de Okonkwo y Salas daban esperanzas (67-58, min. 38) para la sorpresa. Restaba un minuto y el Zamarat estaba ocho abajo pero las cartas ya estaban echadas y el milagro no fue posible, 70-60.