Ha sido uno de los mejores tenistas españoles y ahora vive una fructífera etapa como entrenador. David Sánchez Muñoz ha regresado a Zamora de donde salió con 14 años para formarse como jugador en Barcelona, desde Marbella donde reside actualmente, y anuncia que vuelve a ser el entrenador de Fernando Verdasco, al que acompañará en los principales torneos de la temporada que comienza en los próximos días. "Ha sido una sorpresa para mi. Trabajamos durante el 2016, el año completo pese a que hoy en día todos los jugadores tienen más de un entrenador que se turnan a lo largo de la temporada. La razón de no continuar fue que él me pedía dedicación plena a él, y yo estaba un poco cansado". Hace unas semanas, David Sánchez recibió en su domicilio de Marbella, donde estaba centrado en el trabajo con jugadores jóvenes, una llamada del manager de Verdasco quien le preguntó si estaba disponible para 2020. La respuesta fue afirmativa aunque "le dejé muy claro que mi idea no era hacer el año completo, a lo que no puso ningún problema. Luego ya hablé con Fernando para planificar un poco y dentro de unos días viajamos ya a los paises árabes".

Sánchez Muñoz conoce a Verdasco desde su etapa como jugador cuando ya coincidían en el circuito "y ha sido más fácil". Asegura que "fue una sorpresa" y puntualiza que el madrileño "confía en el trabajo que se hizo en la anterior etapa. Yo creo que se quedó algo en el tintero porque en un año no te da tiempo a desarrollar un proyecto que era a medio plazo. A pesar de estar ya en una edad avanzada, él tiene cosas que puede limar y le pueden llevar a mantener un nivel alto de juego. Eso es lo que se quedó en el tintero y quiero pensar que, si me ha vuelto a llamar, es porque confía en que alguien le pueda ayudar".

La pregunta clave que se le puede formular a un técnico que se hace cargo de un jugador con el vagage y la experiencia de Fernando Verdasco es en qué le puede ayudar a estas alturas un entrenador: "Es obvio que está en sus últimos años de carrera, no sé cuántos. Tenemos el ejemplo de Rafael Nadal que es una persona que lo ha conseguido ya todo pero en los últimos años ha cambiado y es mucho mejor jugador que antes: es mucho más agresivo, depende más de él...Y yo quiero pensar que Verdasco también puede mejorar en todos los aspectos". El jugador madrileño "ha arrastrado siempre críticas de la prensa e incluso de los mismos profesionales del circuito de que nunca ha dado el máximo de que puede ser capaz pese al brillante curriculo que atesora".

David Sánchez se reunió con Verdasco hace unos días en Madrid y quedó muy sorprendido para bien "porque vi otra persona respecto a 2016. Fue padre hace siete meses, yo no soy padre, pero este hecho te da un punto de responsabilidad. Ya no estás tú solo con tu pareja sino que hay una criatura que te exige el trabajo, el ganar el dinero. Lo vi más maduro, transmite mejor que entonces y si él ha dado este cambio de madurez que no tiene nada que ver con la edad, creo que no sólo puede mantenerse en el ranking actual -es el 49º del mundo- sino también llegar a mejores puestos". Ante esta situación, Sánchez Muñoz cree que puede ayudarle en lograr que "sea consciente de que sigue teniendo un buen potencial. El se ha cuidado mucho, no es una persona de malas costumbres y lo sé porque he convivido con él. También ha tenido un don a nivel genético que es su físico, es muy fuerte a pesar de tener 36 años, y si ha madurado como parece, todavía puede tener, como está ocurriendo con otros jugadores, varios años en los que pueda subir. Ha puesto mucha ilusión en la Copa Davis que podría repetirse en Madrid y él es madrileño. Yo creo que en estos últimos años puede aprovechar muy bien esta brillante madurez que tiene".

Verdasco es un jugador que se adapta bien a todas las superficies y de ahí que no sea sencillo planificar un calendario para la temporada 2020: "Ha hecho hasta buenos torneos de Wimbledon; en tierra tiene cinco o seis títulos ATP y en rápida también ha funcionado. Es muy completo, pero hoy en día, los entrenadores tampoco tenemos libertad para hacer el calendario porque los jugadores tienen sus compromisos que se cierran hasta con dos años de antelación. El tiene varios torneos obligados ya por contrato, otros obligados por la ATP (los Grand Slam y los Master 1.000). Lo hemos hablado, y dependiendo de cómo vaya avanzando la temporada, podemos renunciar a jugar algunos torneos o incluiremos alguno. Pero hacer yo el calendario al cien por cien, no puedo".

El entrenador zamorano acompañará a Verdasco "la mitad del año", en las principales citas y en algunos torneos por Europa. El resto del año lo dirigirá el argentino Diego di Nomo que ya estuvo con él el año pasado.

Pese a este compromiso con Verdasco, Sánchez no se olvida del trabajo con los jugadores jóvenes con los que puede desarrollar su verdadera vocación que es la preparación técnica. Cuando acabó con Verdasco en 2016 estuvo seis meses con el colombiano, Santiago Giraldo, y a continuación tuvo tiempo para probarse en categorías inferiores con niños y niñas desde los 3 o 4 años, hasta 8 o 9. El año pasado cogió jugadores algo mayores, hasta 16 o 17 años: "Me va apeteciendo, aunque todavía tengo una edad joven (41), entrenar no quizás en iniciación total, pero sí en esa etapa intermedia, a las puertas del profesionalismo. Es una etapa preciosa en la que los jugadores necesitan mucho apoyo a nivel personal por la edad, y también porque son jugadores en formación y eso es muy gratificante para un técnico. Lo tengo en mente".

David Sánchez se vio obligado en 1992 a desplazarse a Barcelona para formarse como el gran jugador que llegó a ser -estuvo un tiempo entre los 50 mejores del mundo-. Hoy existe también la escuela valenciana, donde él mismo residió durante 17 años. "He tenido alguna conversación para desplazarme a Madrid porque quiero acercarme a la familia, a recuperar las raices y estar más cerca de Zamora. Pero también me atrae Castilla y León, creo que sería una buena zona para entrenar. Me haría ilusión".

Muy a su pesar, David Sánchez, que pasa unos días de vacaciones en su tierra, reconoce que "hago muy poca vida aquí, pero Zamora siempre está en mi corazón. Puedes adaptarte en cualquier parte del mundo pero hay algo a lo que no puedes renunciar aunque quisieras: a nivel sentimental, Zamora siempre está ahí, son mis raices, mi niñez en la que se forja tu personalidad porque lo que has vivido culturalmente y en la familia va con uno para siempre. Mantengo relación con algunos amigos, pero de corazón, Zamora me tira mucho. Cómo no".