El Balonmano Zamora, que este año contará con el principal patrocinio de Rutas del Vino, comienza esta tarde (desde las 19.30 horas) una nueva aventura en División de Honor Plata. El conjunto de Leo Álvarez, que ocupará el banquillo por segundo año tras lograr llegar a puestos de play-off la pasada campaña.

Los "Guerreros de Viriato" recibe al Amenabar Zarautz en el Ángel Nieto, un verdadero fortín en el que no fueron vencidos en toda la pasada temporada (diez victorias y cinco empates).

La escuadra guipuzcoana finalizó la pasada temporada en la undécima posición, con un total 10 victorias, 4 empates y 16 derrotas que le sirvieron para sumar un total de 24 puntos.

Este equipo ya puso en problemas a los de Leo Álvarez durante el pasado curso. Derrotó a la formación pistacho 29-27 en su estadio y cayó por un solo tanto en Zamora en la segunda vuelta.

Algo que el técnico leonés del Balonmano Zamora tiene muy presente: "No es un buen rival para comenzar la liga. Se trata de uno de los conjuntos que mejor juegan del campeonato y disponen de muchos recursos para hacer daño a sus contrarios: mucha continuidad de balón y un banquillo importante", analizó Leo Álvarez.

De acuerdo con la perspectiva del entrenador pistacho, el equipo tiene que ser capaz de "traducir las buenas sensaciones y el trabo realizado durante la pretemporada". No ha querido olvidar el aspecto físico, a su juicio crucial: "Ha sido una preparación con una carga física muy dura".

Sobre los fichajes, Álvarez se mostró satisfecho por "la rápida adaptación que han tenido". Algo que no entraba en sus planes, máxime cuando dos de las incorporaciones son tan jóvenes como las de Jaime Gallego (17 años) y Luis Horcajada (18 años) y llegan sin experiencia en División de Honor Plata.

La nueva mesnada de Viriato no cambiará mucho el estilo de juego que Leo Álvarez viene implementando desde el curso pasado -un balonmano veloz y con numerosas transiciones-, sino que, incluso, tratará de llevarlo al paroxismo. "Dado que contamos con un plantel mucho menos experimentado nos favorece un contexto en el que podamos correr, en contraposición con un juego de posición y pausado que sí que requiere de un mayor poso dentro de la competición para poder dominarlo", detalla Álvarez.