La selección de Serbia confirmó ayer que la selección que Estados Unidos ha traído a China no está en condiciones de seguir ocupando el cetro del baloncesto mundial, que dejará de portar cuando concluya el torneo el próximo domingo.

En un partido en que se demostró por qué ambos equipos -de salida los grandes favoritos- han quedado apeados de la competición, los serbios, pese a sus serias lagunas en defensa, fueron superiores en todo momento a los estadounidenses, muy desiguales en su juego.

Ambos se disputaban los puestos entre el quinto y el octavo de la competición pero bien podrían haber estado en la final por las ganas que parecían mostrar de aclarar quién era superior.

El primer cuarto fue un repaso memorable de los balcánicos que, comandados por un Bogdanovic en estado de gracia, establecieron un parcial de 32-7, nada menos que 25 puntos de ventaja en diez minutos. Sin embargo, en el segundo tiempo los serbios dilapidaron la gran ventaja que habían obtenido para irse al descanso a solo 4 puntos en el marcador (44-40). Serbia volvió, con todo, a tomar las riendas tras la pausa y se alejó hasta quince puntos, y Estados Unidos ya no fue capaz de remontar (94-89).