Hoy, se cumplen 70 días desde que el Zamora CF no consiguió remontar en la vuelta del play-off contra el Alcobendas -disputado en el Ruta de la Plata- el 2-0 que el equipo madrileño le endosó en el partido celebrado en San Sebastián de los Reyes. De esta manera, impotente y sin ideas, el conjunto dirigido por David Movilla decía adiós al sueño del ascenso cuando apenas un mes atrás, momento en el que la formación local quedó encuadrada con el Haro Deportivo (eliminatoria contra un equipo inferior que incomprensiblemente se perdió), la hinchada rojiblanca ya celebraba la ansiada promoción a Segunda División B.

Desde entonces, en estos más de dos meses esquizofrénicos donde la autocompasión se amalgamaba con el fustigamiento por la oportunidad perdida, el Zamora ha experimentado multitud de acontecimientos. El primero, el cambio de plantilla. El club se ha lavado la cara deshaciéndose de la mitad de la plantilla e incorporando hasta 11 nuevos futbolistas.

Sin embargo, no fue la ristra de fichajes la que encendió la ilusión de la afición zamorana, sino que dicho espacio de esperanza hubo de ser llenado por el envite que la directiva, encabezada por Víctor de Aldama, se lanzó por la plaza vacante del Reus de la 2ª B catalana. La opción de promocionar en los despachos puso de manifiesto el poderío económico del Grupo Vivir, actual propietario de la entidad rojiblanca. Luego ya todo el mundo conoce que sucedió: el Andorra de Piqué se adjudicó la vacante y la Federación acordó que la selección sub-21 o absoluta femenina disputaría un encuentro en el Estadio Municipal Ruta de la Plata.

Con todo y con esto, el Zamora CF llega al primer partido de la temporada 2019/2020 de Tercera División cargado de ilusión y, sobre todo, con la obligación de ganar que el objetivo del ascenso autoimpone a este grupo.

Un grupo que el técnico vasco, David Movilla, afirma que todavía se encuentra lejos de encarnar "la palabra equipo" en su más amplio significado -debido al poco tiempo que llevan trabajando de forma conjunta-, pero que cuenta "con más variantes" que la escuadra que la pasa campaña batió todos los récords del Zamora en Tercera División.

Un rival de entidad

El calendario ha deseado que la primera piedra de toque para el nuevo Zamora CF sea la Gimnástica Segoviana (19.00 horas), un rival de entidad que el pasado curso disputó el título de liga a los rojiblancos y finalizó la temporada en segunda posición, a tan solo tres puntos de la escuadra local.

Si bien es cierto que la formación de Movilla disputa su primer partido en casa -se espera una gran entrada en el Ruta de la Plata después de que el club haya superado los más de 2.000 socios en menos de 20 días-, cabe recordar que durante la pasada temporada los enfrentamientos contra la Gimnástica Segoviana, tanto en casa como en La Albuera, se saldaron con empate a uno, lo que da buena cuenta de la igualdad entre ambos conjuntos castellanoleoneses.

La formación azulgrana arriba a este primer encuentro de liga con un bloque con muchos menos cambios que los de su rival. El club segoviano ha mantenido a gran parte de la plantilla del pasado curso y, por tanto, es esperable que las sinergias estén mucho más consolidadas en los visitantes.

Sin embargo, eso no será óbice para que el Zamora plantee un partido agresivo, con intención de dominar la medular y con mayor posesión de balón como suelen ser los encuentros que la escuadra rojiblanca disputa en su estadio.

En lo relativo a las bajas, Movilla confirma que Rasines está en la fase final de su recuperación y es duda. A mayores, Iago, Perrini y Guille se encuentran fuera de la convocatoria debido a sus respectivas lesiones.