El Real Madrid llega en uno de sus mejores momentos de la temporada a una cita trascendental para sus intereses, la semifinal de Copa del Rey en la que medirá fuerzas con su eterno rival. Una reedición del Clásico del fútbol español que el conjunto de Santiago Solari encara tras experimentar una recuperación notable de su fútbol, una mejoría basada en unas pocas claves fundamentales.

La primera de las explicaciones del crecimiento blanco en los últimos meses está en la aparición de Vinicius. Desde la irrupción de Raúl González Blanco ningún futbolista de 18 años derribó la puerta del primer equipo para brillar con continuidad, hasta que ha llegado el carioca.

El brasileño se ha convertido en el auténtico referente ofensivo del equipo de Solari. Es el futbolista que aparece con continuidad, que pide siempre el balón y encara al rival según recibe. Lo intenta en cada jugada y siempre genera algo. Un futbolista diferente al que espera ahora el Camp Nou.

Otra de las claves de la revolución blanca está en el rendimiento de Benzema. Cuatro partidos consecutivos marcando acumnula el francés, autor de 18 goles en la presente temporada. El galo ha dado un paso adelante en la responsabilidad goleadora ante la ausencia de Cristiano Ronaldo y está respondiendo con fútbol de altos quilates más gol.

El último que resta por brillar en la ofensiva blanca es Gareth Bale. El galés regresó a la titularidad el domingo frente al Alavés para conformar el esperado tridente bautizado como la "BBV". Una fórmula aún por pulir, como quedó claro en la escasa conexión que mostraron Benzema, Vinicius y el propio Bale. Es el galés, que volvió a la banda derecha donde tanto le gustaba jugar, quien parece que debe aplicarse para ponerse a la altura de sus compañeros y dotar al ataque del Real Madrid de una virtuosidad desesperante para el rival. Puede que en Barcelona llegue su momento.

Mientras Bale afina su estado físico todo parece indicar que Lucas Vázquez ocupará su sitio y será titular en el Camp Nou tras quedarse fuera de la convocatoria ante el Alavés.

La presencia de Jordi Alba en el lateral izquierdo obliga al extremo que juegue en la derecha del dibujo táctico madridista, a trabajar mucho en labores defensivas. Es donde Lucas se ha ganado el sitio en el once, aportando mayor equilibrio y siempre sumando en ataque. El ha sido otra de las figuras claves en la tremenda mejoría de un Real Madrid al que han impulsado jóvenes como él, Sergio Reguilón y Odriozola.