Es una semana especial para el Club Baloncesto Zamora. El sábado, en Alicante, los blanquiazules tendrán ante sí la posibilidad de llevar un título FEB a sus vitrinas, la Copa LEB Plata, todo un hito para la entidad; solo el mero hecho de disputarla lo es. La final es el premio a un inicio de temporada brillante por parte de los hombres de Saulo Hernández, un entrenador feliz con sus "nueve pequeñas hazañas" en forma de victorias en las catorce primeras jornadas del campeonato y que este lunes estuvo en El VAR de LOZ para analizar el camino trazado y para charlar sobre lo que viene, empezando por el choque en Alicante.

Y es que será allí, y ante el heredero del histórico Lucentum, donde los zamoranos tratarán de dar la campanada frente a 5.000 gargantas que pondrán el viento en contra y ante una plantilla que tiene "once titulares, no andan con bobadas", según explicó el propio Saulo Hernández: "Después de ver algunos de sus partidos, ellos me transmiten que son un equipo hecho para ascender y con un físico tremendo", subrayó el técnico blanquiazul.

¿Dónde está entonces la ventaja del Aquimisa Queso Zamorano? "A nivel técnico-táctico, seguramente no haya. Las opciones pueden estar en el aspecto mental. Para ellos ganar es una obligación y da la sensación de que la final está absolutamente decantada. Si el partido no se rompe estaremos más cómodos y tendremos opciones, pero deberemos hacer un esfuerzo extra", analizó Saulo Hernández.

El entrenador zamorano habla con algún partido en la cabeza como referencia. Sin ir más lejos el que dejó a los alicantinos sin ascenso a LEB Oro el año pasado. Fue en casa, en el quinto encuentro de la serie, ante un rival como Canoe a priori muy inferior. Hubo sorpresa: "Se trata de llegar vivos al último cuarto", remarcó el técnico.

La final llega después de una de las derrotas más duras de la temporada para el Aquimisa Queso Zamorano, que perdió en un mal día ante el Estela Cantabria: "La derrota puede sorprender por la manera en que se dio, con una anotación pírrica de 47 puntos, pero fallar mucho no es motivo de tanta preocupación y además ellos tienen una de las plantillas más completas del grupo", aseguró Hernández.

Además, el golpe moral que pueda haber supuesto para su plantilla no preocupa en exceso al entrenador blanquiazul, que indicó que "el halago debilita" y que elogió la temporada de los suyos hasta la fecha: "No os hacéis una idea de lo idílico que es para nosotros llevar nueve victorias y jugar la Copa. Hay que ver las cosas en su conjunto, no por un partido", apuntó.

En cuanto a lo que viene después de la final, Saulo Hernández ya tiene entre ceja y ceja el objetivo de pasar el corte, un hecho que "daría un sobresaliente a la temporada". Para ello, el equipo blanquiazul tendrá que acabar entre los seis primeros y mantener la renta de dos triunfos y el average que maneja sobre la séptima plaza. "Faltan ocho partidos y yo creo que valdría con tres victorias", aventuró el entrenador zamorano.

Pero eso vendrá luego. Ahora espera en Fundación Lucentum, clasificado por el grupo este y con un proyecto gigante para la categoría. Será de nuevo David contra Goliat, pero los zamoranos no se amilanan. La batalla, el sábado a las seis de la tarde.