El Quick-Step belga se impuso ayer domingo en la segunda carrera de los Mundiales de ciclismo en ruta que acoge Innsbruck (Austria), la Contrarreloj por Equipos comerciales masculina en la que Movistar, el único español en liza, estuvo a buen nivel y terminó en la sexta posición. El Quick Step, sin grandes estrellas de la especialidad pero con un sexteto muy homogéneo, acabó vencedor de un pulso a tres con el equipo que defendía el título logrado en Bergen 2017, el Sunweb de Tom Dumoulin, y el BMC de Rohan Dennis. Ambos, sin duda, los dos grandes favoritos para la crono individual del próximo miércoles. El equipo belga cierra así a la altura de su palmarés en la competición el historial de una prueba que, como la CRE femenina, desaparecerá tras la edición de este año después de haber sido incluida en el programa mundialista en 2012.

Para cantar victoria, no obstante, el equipo con más triunfos en lo que va de temporada tuvo que remontar en el tramo final a un Sumweb que le superaba en 71 centésimas a 14 kilómetros de meta, al final de la exigente subida de casi 5 kilómetros a Axams que endurecía mucho el recorrido de 62,8 kilómetros por lo demás bastante plano. A ese punto llegó también en la pelea por el oro el BMC, que cedía menos de cuatro segundos sobre el Sunweb. Pero el impulso final en el descenso al puerto y el tramo final del Quick Step, que llegó a meta con cinco de sus seis componentes, fue definitivo.

Aún siempre fuera de la pelea por el podio, buena carrera del Movistar, que fue marcó los mejores registros cuando llegaba al segundo punto cronometrado y a la meta. A la que arribó con Marc Soler, Andrey Amador, Nelson Oliveira y el alemán Jasha Sutterlin. Antes se habían quedado Imanol Erviti y Winner Anacona. El de 2018 es el cuarto oro y la sexta medalla de un Quick Step que volvió al podio de la mano de los belgas Laurens de Plus e Yves Lampaert, el danés Kasper Asgreen, el luxemburgués Bob Jungels, el alemán Maximilian Schachmann y el holandés Niki Terpstra.