Primer tropezón del Real Madrid en la Liga Santander. El equipo blanco salió con varias rotaciones en su once, y lo acabó pagando caro, dejando como líder en solitario al Barcelona de Ernesto Valverde. En un escenario idílico como lo es La Catedral, el Athletic Club y el Real Madrid empataron a un gol en San Mamés en un duelo clásico que no defraudó en intensidad y emoción y que acabó en tablas después de que Isco Alarcón nivelara en la segunda parte en gol marcado en la primera por Iker Muniain. El equipo madridista cede así sus primeros puntos de la temporada en el primer gran test del nuevo proyecto encabezado por Julen Lopetegui, mientras que el Athletic de Eduardo Berizzo salió reforzado después de hacer vibrar a "La Catedral" en la primera gran noche de fútbol con el argentino en el banquillo.

Ambos onces presentaron novedades. Berizzo encomendó por primera vez a Beñat Etxeberria la tarea de crear el juego del equipo, mientras que Lopetegui se decidió por dar entrada a Dani Ceballos en el centro del campo dejando una semana más a Isco en el banquillo. El Real Madrid comenzó muy enchufado para intentar neutralizar el habitual ímpetu inicial de los rojiblancos. Lo consiguió a base de monopolizar la pelota y moverla con agilidad para buscar alguna grieta en la estructura defensiva local. Susaeta filtró un gran balón sobre la incorporación de De Marcos, quien desde la línea de fondo metió un pase atrás que Muniain, adelantándose a Carvajal, empujó a las redes. El 1-0 espoleó aún más a los rojiblancos ante un Madrid algo tocado que, aún sin conseguir hilvanar acciones de peligro cerca del área, si pudo empatar en el 38 en un disparo que Modric desde la frontal envenenado tras tocar en Yeray, pero que no entró gracias a otra gran intervención de Unai Simón.

En el descanso, Lopetegui movió a primera pieza dando entrada a Casemiro en lugar de Ceballos. Sergio Ramos tuvo el empate en un remate a bocajarro rechazado por Simón, que en el 63 no pudo evitar el primer tanto visitante cuando Isco, que acababa de entrar al campo en lugar de Modric, picó de cabeza un centro de Bale para colocar el 1-1. Un final donde leones y merengues jugaron de tú a tú, sin complejos, donde las intervenciones de los porteros salvó de más goles.