Desconcierto, de nuevo, en el Grupo VIII de Tercera División. Todos los equipos están, ahora mismo, tratando de adaptarse al último giro de acontecimientos que vivió ayer el «caso Real Burgos», un repentino cambio de guión que hizo regresar a la competición a su plan original de viente equipos y 38 jornadas. Una vuelta al calendario aprobado el pasado 26 de junio que modifica todos los viajes, horarios y previsiones de clubes, conjuntos y aficionados cuando restan poco más de 24 horas para que el balón eche a rodar.

No han pasado demasiados días desde que, por sorpresa, la Federación de Castilla y León no tuviera más remedio que aceptar al Real Burgos como integrante del Grupo VIII de Tercera División. Una circunstancia que obligó a modificar el calendario trazado para esta temporada 2018-2019 en la que, por ejemplo, el Zamora CF arrancaba la liga regular frente a la Cultural y Deportiva Leonesa B. Una circunstancia peculiar que, sin embargo, parecía tener los días contados pues se intuía que se buscaría apelar la decisión que forzaba la inclusión burgalesa.

Esa velada certeza tomó forma ayer cuando la Real Federación Española de Fútbol informó a la Federación de Castilla y León de la expulsión del Real Burgos de la competición del grupo VIII de Tercera. El organismo nacional no ha aprobado la resolución alcanzada días atrás por la institución regional y ha obligado a la misma, por tanto, a reestructurar de nuevo el calendario y a dejar en veinte equipos la competición.

Así las cosas, el Zamora CF y sus 19 rivales volverán a tener el calendario aprobado en julio y los rojiblancos no debutarán en casa frente al equipo de la polémica, sino a domicilio ante el Júpiter Cultural y Deportiva Leonesa B, en principio el domingo.

Esta decisión supone un daño importante para la preparación de los clubes, que deberá cambiar su estrategia de cara al partido a falta de apenas unas horas para el estreno liguero.