El buen nivel de los maratonianos permitió a España acabar los Campeonatos de Europa de atletismo de Berlín con una decena de medallas. En la prueba de los 42,195 metros, el equipo masculino español logró la medalla de plata, con Javier Guerra rozando el tercer puesto individual, mientras que el femenino se colgó el bronce. El saltador de triple Pablo Torrijos cerró la participación española con un séptimo puesto después de rozar el podio con un buen salto

Los tiempos combinados de los atletas Javier Guerra, Jesús España y Camilo Santiago sólo fueron superados por el equipo italiano, mientras que Austria completó el podio ocupando la tercera plaza. Esta meritoria medalla, de todos modos, dejó un sabor agridulce tanto a Guerra, cuarto en la clasificación individual, como a Jesús España, sexto. "Me siento enfadado, rabioso porque me he quedado otra vez muy cerca de las medallas, he vuelto a ser cuarto y es un puesto muy duro", declaró Guerra poco después de la carrera. El atleta segoviano, a pesar de la decepción, cree que su suerte cambiará y que las medallas terminarán llegando: "Espero que el atletismo me devuelva de alguna manera este mal sabor de boca de quedarme cuarto y espero que algún día tenga ese reconocimiento".

Por otro lado, España, tras la que fue su última aparición internacional, aseguró que "en mi fuero interno aspiraba a una medalla, pero ha sido una carrera complicada, con mucho cambio de ritmo". De todos modos, España también se mostraba muy contento por el segundo puesto por equipos: "Queda la alegría de la plata, que creo que nos la merecemos. Somos una piña, con atletas muy cumplidores y trabajadores. Además, hemos hecho una amistad grande, somos un buen grupo y creo que eso es importantísimo". Jesús España quiso acordarse de su compañero Javier Guerra: "Javier es compañero, es amigo, entrenó conmigo muchos años, la verdad es que deseaba que hiciera una medalla. Y si podía ganar, mejor". Y también cree que Guerra acabará subido en el podio: "Estoy convencido de ello y yo lo animaré todo lo que pueda porque se lo merece por trabajo y, además, a nivel personal es un crack".

En la prueba femenina, los tiempos de Trihas Gebre, novena en la clasificación individual, Azucena Díaz, decimotercera, y Elena Loyo, vigesimotercera, permitieron al equipo español colgarse el bronce, solo superadas por las bielorrusas y las italianas. La etíope con nacionalidad española Trihas Gebre consiguió el mejor tiempo entre las españolas después de comenzar con un buen ritmo la carrera, lo que la acercó a las opciones de luchar por las medallas, pero, una vez superados los 30 kilómetros Gebre se desfondó, diciendo adiós a sus aspiraciones de alcanzar el podio.

El saltador de triple salto Pablo Torrijos cerró la participación española con un quinto puesto, aunque en algún momento del concurso llegó a ocupar la segunda posición, mientras que el otro finalista español, Marcos Ruiz, acabó décimo. El triunfo, diez años después de ser campeón olímpico en Pekín, fue para el portugués Nelson Évora, que con 34 años logró su primer título europeo con una marca de 17,10.

Évora, discípulo del cubano Iván Pedroso como la española Ana Peleteiro (bronce aquí), arrebató en la quinta ronda la victoria al turco de origen cubano Alexis Copello, que dominaba el concurso con 16,93 el día el que cumplía 33 años. El griego Dimitrios Tsiamis se llevó la medalla de bronce con un registro de 16,78, cuatro centímetros más que Torrijos, el único atleta español que ha superado los 17 metros (17,04). Era la tercera final europea consecutiva para Torrijos, que en las dos anteriores había terminado octavo.