El Aquimisa Queso Zamorano no arranca. Después de ocho jornadas, el conjunto blanquiazul sigue sin ganar y ya se han activado todas las alertas. Es cierto que el año pasado el inicio tampoco fue bueno, pero la primera victoria llegó en la séptima semana de competición. En el mejor de los casos, esta vez será en la novena, después de que varios encuentros se hayan escapado de forma cruel, especialmente dos de los disputados en el Ángel Nieto, ante el Extremadura Plasencia y frente al Arcos de Albacete.

En este último quedaron patentes dos de las lagunas que están castigando al equipo de Saulo Hernández: las pérdidas de balón y la falta de capacidad reboteadora. Solo el Baskonia acumula menos capturas que los blanquiazules (27,9 por encuentro) y los zamoranos son los líderes en el ranking de balones regalados al contrario (15,1 por choque).

En el duelo ante el Albacete, la media reboteadora fue superior a la de otros encuentros, aunque el poderío manchego se impuso en algunos momentos clave. Las pérdidas sí fueron un hueco más difícil de tapar, con 19 en total y varias de ellas en unos dos minutos finales en los que el Aquimisa Queso Zamorano notó la presión por ganar.

Esa misma necesidad estará presente en el duelo de este fin de semana, que mide a los zamoranos con un recién llegado a la LEB Plata, como es el Canoe. Los madrileños marcan la zona de permanencia, con tres victorias en su haber, por lo que un triunfo blanquiazul supondría un empujón para un equipo que partió con la idea de no repetir los errores del año pasado, pero que de momento no termina de arrancar para sumar victorias.