El 'boxing day', la fiesta de cada 26 de diciembre que celebra el fútbol inglés, consolidó la dictadura que desde hace semanas ha impuesto en la Premier el Chelsea, que sumó su duodécima victoria seguida. El conjunto de Antonio Conte, que ya ha firmado la mejor racha de triunfos en la historia del conjunto de Stamford Bridge, no ofrece síntomas de flaqueza y desespera a sus perseguidores, incapaces de encontrar una estabilidad de resultados que pueda inquietar la hegemonía blue.

A falta de una jornada para completar la primera vuelta en la Premier el Chelsea aventaja en nueve puntos al Liverpool y en diez al Manchester City, que aún deben cumplimentar sus respectivos compromisos de la decimoctava sesión. Al Arsenal, que ya jugó y ganó al West Bromwich (1-0), le supera en nueve puntos. Al Manchester United (3-1), que superó al Sunderland, en trece.

Pocas dudas ofrecía en esta ocasión el partido del líder. En su casa, Stamford Bridge, ante el Bournemouth, un equipo irregular y especialmente frágil a domicilio. Le bastó al conjunto de Conte con el gol armado por la conexión española y firmado por Pedro Rodríguez, que culminó con maestría desde el borde del área un pase de su compatriota Cesc Fábregas, y con el penalti transformado por el belga Eden Hazard, que minutos antes fue trabado dentro del área por Simon Francis. Pedro en el tiempo añadido, ayudado por un rival, firmó el tercero.

El Arsenal consiguió, con apuros, seguir el ritmo del Chelsea. A duras penas superó al West Bromwich (1-0) para evitar un adiós definitivo al título. El conjunto de Arsene Wenger se topó una y otra vez con el meta visitante Ben Foster, el mejor de los forasteros. Paró todo lo que le llegó menos la jugada que a nueve minutos del final decidió el partido y dio aire a los 'gunners'. Fue un remate de cabeza del francés Oliver Giroud a pase impecable del alemán Mesut Ozil. El Manchester United prosigue su escalada. El cuadro de Jose Mourinho confirmó ante el Sunderland en Old Trafford su clara mejoría con una victoria por 3-1.