Dos huesos en apenas 72 horas fueron demasiado para el Barcelona. Salvó como pudo el envite del Sevilla en Tiflis, pero ayer el equipo de Luis Enrique no tuvo soluciones para los agujeros defensivos que ha mostrado durante la pretemporada. El técnico asturiano envidó con una pareja de centrales inédita, Bartra y Vermaelen, pero la ruina le llegó por la banda derecha. Alves acostumbra a dejar alguna perla todas las temporadas, pero ayer en San Mamés agotó el cupo. Los tres últimos goles del Athletic llevaron su sello, por más que en las estadísticas aparezca Adúriz. Pero el brasileño no fue el único culpable de que el sextete del Barcelona parezca una quimera.

El Barcelona pareció solucionar la furiosa salida del Athletic, previsible, con una buena ración de control y movimiento del balón. Todos se ofrecían para sacar el balón, incluso Ter Stegen, por el que volvió a apostar Luis Enrique, quizá en un guiño a lo que ocurrirá esta temporada. Pero fue precisamente un error del alemán, consecuencia de su estilo, el que abrió la caja de los truenos de San Mamés. Iraizoz sacó en largo, tanto que el balón voló hasta el borde del área barcelonista, hasta donde se fue Ter Stegen para despejar de cabeza. El rechace llegó al círculo central, donde a San José le dio tiempo a controlar y enviar un misil que pilló al portero en tierra de nadie.

Había mucho tiempo por delante para reaccionar, pero ni el Athletic dio un paso atrás ni el Barcelona encontró a quien agarrarse. Messi, desconectado del equipo, no hizo acto de presencia hasta el últmo minuto del primer tiempo, cuando lanzó una falta en la frontal como siempre, bien, pero esta vez se encontró con la manopla de Iraizoz. Fue la única intervención comprometida del guardameta vasco en el primer tiempo, lo que explica muy bien la posesión estéril del Barça y la firmeza bilbaína.

Todo, el partido y la final, pudo dar un vuelco en apenas dos minutos, cuando Messi y Pedro dispusieron de dos oportunidades que normalmente acaban en gol. Pero el "7", por fin titular, estrelló su chupinazo en el larguero y, a continuación, el argentino culminó una contra con un tiro al que pudo llegar Iraizoz. La entrada de Iniesta pareció anunciar la carga definitiva del Barça, pero en el cuarto de hora siguiente acontenció lo más parecido a una bilbaínada. En vez de encogerse, el Athletic hurgó en la herida de Alves, superado por Sabin Merino en el 2-0, con centro perfecto y cabezao de Adúriz marca de la casa. Un rechace de juvenil de Alves puso al ariete en la pista del 3-0 y, en el colmo de la inconsciencia, el lateral brasileño atropelló a Etxeita en un córner sin ninguna necesidad, con el penalti correspondiente y ese póker de goles que, a expensas de un milagro en el Camp Nou, pone al Athletic al borde de la gabarra.

Adama, al Aston Villa. El Barcelona anunció ayer el traspaso del delantero del filial Adama Traoré al Aston Villa inglés por 10 millones de euros, más otros dos millones en variables. El Barça se reserva, no obstante, un derecho de recompra durante los tres primeros años de contrato del jugador y un derecho de tanteo ante un posible traspaso.