La aventura comenzó el Jueves Santo de 2014. Exactamente un año después, el objetivo está cumplido. El origen y el destino final el mismo: Peña Trevinca, la montaña sanabresa. En el camino, doce meses y 52 cumbres conquistadas, de Zamora a Melilla, que se han traducido en 52 historias de superación, esfuerzo, solidaridad y trabajo en equipo. Y los protagonistas, dos jóvenes zamoranos, naturales de Granja de Moreruela, Sergio Nogueras y Fernando Camacho, que se empeñaron en hollar las 52 cimas más altas de cada provincia de España para plasmar su experiencia y la de aquellos que los han acompañado en un libro que se titulará «Subiendo España».

En homenaje a la tierra, los dos jóvenes montañeros decidieron poner en marcha y culminar el proyecto en Zamora, en Peña Trevinca, el pico más alto de la provincia, con sus 2.127 metros y sus 1.000 metros de desnivel. Hace un año, la coronaron por primera vez. El pasado Jueves Santo, conquistaron de nuevo la cumbre y dieron por finalizada una iniciativa que abre nuevos retos: en octubre, 17 días de ruta para recorrer la zona del Everest, visitar Nepal y la zona del Himalaya, y en una fecha aún por determinar, realizar la ruta de los faros por Galicia. «Esta última subida a Peña Trevinca ha sido una etapa de celebración más que deportiva», explican los dos montañeros granjeños. De hecho, el grupo que pisó por segunda vez el pico zamorano estaba formado por aficionados y montañeros que en 2014 comenzaron la aventura de «subir España» con los dos responsables de la Asociación Deportiva y Cultural «El soplo», entre ellos, varios miembros del Club de Montañismo Sanabrés.

La subida de las 52 cumbres en un año se condensa en multitud de anécdotas e historias de superación. Unas divertidas, otras más «dolorosas». «La etapa técnicamente más difícil fue la de Torrecerredo, en León, debido a la mala climatología», explican Sergio Nogueras y Fernando Camacho, el primero residente en Granada, y el segundo, en Madrid. Y fue también la experiencia más «desoladora», aseguran, ya que «tras 8 horas de subida, al llegar a la cima, una compañera, llorando, nos soltó : "Esto no es el Torrecerredo, es la Torre de la Pardida"». Hubo que coronarla por segunda vez.

Tras los pasos de Jesús Calleja

No fue el único desacierto. «Algo similar nos pasó en Guipúzcoa. Cuando estábamos arriba haciendo la foto de rigor, se acercaron unos vascos y nos dijeron "ya que habéis subido este pico por que no coronáis la cumbre más alta de la provincia...No pudimos más que reírnos por habernos equivocado, beber de la bota de vino y volver a escalar de nuevo», rememora Fernando Camacho. Los más duro, sin embargo, ha sido realizar tantos kilómetros, 600 en montaña con un desnivel acumulado de unos 36.000 metros, más 18.000 kilómetros en coche, en tan poco tiempo. «Aprovechábamos los fines de semana, los puentes... Luchas contra el tiempo, contra la burocracia. No somos Jesús Calleja, aunque nos gustaría seguir sus pasos poniendo en marcha eventos menores», reconocen los dos jóvenes. Por ello, desde el punto de vista de la logística, la etapa más complicada fue la del Teide, aunque «también fue la más espectacular», afirman los montañeros.

Logrado el objetivo el siguiente paso es buscar patrocinio para publicar «Subiendo España», un libro de superación personal, didáctico e interactivo, y potenciar la web de El soplo, el eje central del proyecto, donde cuentan las historias vividas a través de un personaje peculiar : elpezsoplo. Un pez muy zamorano que remite a los amantes de la aventura a descubrir sus historietas en www.elsoplo.es y en www.facebook.com/elsoplo.es.