Al cuarto de hora de partido, Zidane ya no aguantaba más sentado. El Real Madrid Castilla comenzaba a no controlar la contienda y, pese al lejano disparo de Burgui a las nubes, era el bloque local el que parecía capaz de hacer daño al plantel blanco. Un equipo visitante que no por ello dejó de merodear con buen trato del cuero el arco de Miguel, baluarte de un bloque cuya defensa se fue desmoronando con el paso de los minutos.

El Real Madrid Castilla había reaccionado y de la mano de su fichaje estrella, Markkanen, generó la ocasión del primer gol del partido. El delantero provocó un córner que fue botado por Benavente desde la parte izquierda del ataque madridista. Su centro, al corazón del área, encontró la cabeza de Raúl de Tomás quien, con un toque sutil elevó el balón lejos del alcance de un Miguel al que pilló a media salida.

Con el tanto, la grada espoleó a los anfitriones. Unos ánimos que originaron una nueva acción ofensiva de los de Aguirre, pero la reacción zamorana fue más que tímida y apenas duró unos compases.

Rondando la media hora de juego, de nuevo el Real Madrid Castilla tomó el mando del choque. Lo hizo con una buenísima ocasión de gol en botas de Markkanen quien no supo concretar tras sacar tajada de un tremendo fallo de Garretas. El central, al que salvó una buena salida de Miguel, compensó su fallo cortando un disparo que Burgui había efectuado con muy malas intenciones. Los blancos buscaban el gol pero, unas veces sus imprecisiones y otras las buenas actuaciones de Miguel, dejaron el resultado como estaba al paso por vestuarios.

Fue el Real Madrid el primero en volver al terreno de juego. Quizá porque Aguirre, tenía más cosas que explicar que Zizou a los suyos. Eso, o necesitó más de un segundo para recomponer un once que regresó al campo con cinco cambios.

Pero aunque las sustituciones podían reactivar al equipo, el Zamora inició la segunda parte igual que acabó la primera: sufriendo para mantener la meta a cero. Esta vez, Aguza, dentro del área, intentó un tiro cruzado que Miguel rechazó con una salida muy acertada.

Sin embargo, la resistencia zamorana no duró mucho. Y es que, en el minuto 52, un maravilloso pase entre los centrales y a la espalda de la defensa de Aguza encontró a Benavente, cuya carrera le dejó solo ante Miguel. El delantero, con un sutil toque, salvó al guardameta y envió el cuero al fondo de la red . 0-2 y el Real Madrid Castilla seguía ofreciendo la sensación de ser un bloque más hecho que los anfitriones.

Como ocurriera en la primera mitad al abrirse el marcador, el plantel de Aguirre reaccionó y tuvo una ocasión para hacer subir su primer tanto al electrónico. Sin embargo, la acción de Rodri para Carlos de la Nava no llegó al delantero y, pese a envenenarse tras tocar en un central, el balón salió por línea de fondo.

El susto no fue óbice para que los blancos no encontraran con facilidad la espalda de la zaga zamorana, tanto con pases cortos en tres cuartos de campo como con envíos largos desde la medular. Era señal de que el partido se abría, el Zamora arriesgaba.

El envite pasó entonces a contar con acciones de peligro en ambas áreas. Las del Zamora, en botas de un Tejedor desacertado tanto en el último pase como en una especie de remate que propició un chut de Rodri potente que despejó en estirada Herrero; las del Madrid, aún más claras, como la que transformó en el minuto 66 Raúl de Tomás. El "7" blanco remató sin oposición en el interior del área y fusiló a un Miguel incapaz de evitar el tercer gol blanco.

Con el 0-3, al Zamora CF se le acabaron de fundir los plomos. Trato de presentar oposición pero solo con el corazón. El tiro de Fran Ochoa desde el medio del campo cuando iba acompañado de otros cuatro compañeros en franco contragolpe fue buena prueba de ello. Supuso el canto del cisne para un plantel que, a partir de entonces, su única misión fue intentar no acabar goleado. Un objetivo que tampoco cumplió.

Apenas diez minutos después, en el minuto 76, un nuevo error defensivo de la ayer desastrosa defensa zamorana otorgó el cuero a Benavente que, desde fuera del área, elevó el balón en una perfecta vaselina que Miguel no pudo alcanzar y certirficaba el 0-4 con el que los primeros espectadores comenzaron a abandonar las gradas en busca de una posición privilegiada para cazar una foto en la salida del equipo madridista.

Y es que, poco más fútbol quedó por ver sobre el terreno de juego, donde ayer la tarde fue en blanco para el Zamora. Del mismo color que la de los millares de personas que se desplazaron hasta el Ruta para disfrutar, no con el buen fútbol de un Castilla superior, sino con su entrenador Zidane y el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.