La historia se repitió para el Real Murcia, al consumarse ayer su descenso a Segunda División B por deudas, como ocurriera hace 22 años, con lo que se convirtió en el primer club del fútbol español que pierde la categoría dos veces por cuestiones administrativas. Y lo que es peor, también se convierte en un problema para todos aquellos equipos que militan en el Grupo I, como es el Zamora Club de Fútbol.

La próxima temporada, el cuadro murcianista competirá en Segunda B después de que hace menos de dos meses luchara por el ascenso a la Liga BBVA después de haber sido el cuarto clasificado de la Liga Adelante. Así lo confirmó Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional (organismo que ha descendido a los murcianos), argumentando: "no cumple los ratios económicos exigidos y es "reincidente en su incumplimiento con la Agencia Tributaria".

Problemas económicos

La normativa lleva al Real Murcia a Segunda B y, concretamente, a ocupar el puesto del equipo que asciende para ocupar su lugar que, en este caso, no es otro que el Mirandés. Un equipo que según Tebas "no tendrá ningún problema" para asumir tal salto, según informa su seguimiento económico y, por otra parte, uno de los componentes del Grupo I. Una liga que sí que puede descabalarse en el aspecto económico.

La llegada al Real Murcia del Grupo I incrementaría los presupuestos de todos los participantes en varios miles de euros, ya que gallegos, asturianos, cántabros y castellano-leoneses no tienen fácil desplazarse a tierras murcianas. Tal es la situación que la Federación Gallega de Fútbol se ha planteado pedir una compensación económica para sus equipos por el coste derivado del descenso "pimentonero".

Una medida que también deberían estudiar equipos de otras comunidades, como el Zamora C. F., y el propio Real Murcia (cuya situación realmente parece insostenible con viajes quincenales a las provincias más alejadas del país). Una queja que podría alterar, una vez más, la distribución de los grupos de Segunda División B para esta temporada.