Roland Garros abrió ayer un año más sus puertas con todos los ojos puestos en la figura de Rafa Nadal, que, a punto de cumplir los 26 años (el 3 de junio), está en condiciones de alcanzar el récord de victorias que de momento comparte con seis con el sueco Björn Borg. Un séptimo título sobre la arcilla roja de París que elevaría al medio centenar el número de torneos ganados en su carrera y a once el de victorias en el Grand Slam -otras dos en Wimbledon y una en Australia y el Open USA-; un Slam donde el español puede presumir de tener el mejor balance de todo el circuito, con un 90 por ciento de victorias.

Llega Nadal además a Roland Garros invicto esta campaña sobre la arcilla roja, tras haber ganado los Master 1.000 de Montecarlo y Roma y el 500 de Barcelona. Y no fueron unas victorias sin mayor consideración, pues las del Principado y la Ciudad Condal las conseguía nada más y nada menos que ante el serbio Novak Djokovic, número uno del mundo y frente a quien acumulaba siete finales perdidas de manera consecutiva: las seis en las que se vieron las caras en 2011 y la del Abierto de Australia este año.

Invicto este año sobre arcilla roja -la azul de Madrid es otra historia-, los números del balear en tierra abruman. Treinta y cinco torneos lleva ganados sobre polvo de ladrillo, superficie en la que únicamente ha sufrido diez derrotas desde que obtuvo su primer título en ella, en Sopot-2004. Y si de presumir se trata aún puede esgrimir Rafa el 97,82 por ciento de victorias en el santuario de París, con 45 victorias por la única derrota que sufrió ante el sueco Robin Soderling en los cuartos de final de 2009.

Ésas son las cifras que adornan su tarjeta de visita para alzar por séptima vez la Copa de los Mosqueteros en un territorio hostil, plagado de aficionados que esperan un cambio de dinastía -Djokovic y Federer cuentan aquí con más simpatías- y, sobre todo, que llevan nada menos que 29 años esperando a que gane un francés. Yannick Noah fue el último en lograrlo, en 1983.

Nadal, que llega además al segundo «grande» del año con el mejor balance de victorias/derrotas de todo el circuito en 2012 (33-4, por 31-4 de Roger Federer), afrontará además un cuadro que, a priori, hay que considerar claramente favorable, pues de entrada ya sabe que no se verá con Djokovic o Federer hasta la final. Su teórico rival de semifinales atendiendo al ranking actual saldría del duelo entre el británico Murray y el español Ferrer, mientras que en cuartos podría verse con el también serbio Tipsarevic.

La heroica derrota en Australia (la final más larga en la historia del Slam) y las victorias obtenidas en Montecarlo y Roma sirvieron a Nadal para demostrarse que todo el trabajo realizado a finales de la temporada pasada le permite de nuevo mirar de frente a Djokovic, que «solo» llega a la cita parisina con el título de Melbourne y el Master 1.000 de Miami, cuando el pasado año había ganado además en Madrid y Roma.

Si Rafa tiene el récord de Roland Garros en el punto de mira -récord, por otra parte, que se antoja sencillamente irrepetible-, el de Belgrado llega a París con el gran objetivo de ganar por vez primera en el templo de la arcilla y unir de manera consecutiva los cuatro títulos del Slam, ya que el pasado año ganó en Wimbledon y el Open de Estados Unidos y éste ya lo hizo en Australia; las tres ocasiones con Nadal al otro lado de la red.

Sólo siete jugadores han logrado a lo largo de toda la historia este cada vez más difícil objetivo de completar el Slam, aunque sólo dos de ellos -Donald Budge y Rod Laver- lograron ganar los cuatro torneos en la misma temporada. Budge lo consiguió en 1938 y Laver en dos ocasiones: 1962 y 1969. Los otros cinco jugadores que lograron completar el gran póquer fueron Fred Perry, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y Rafa Nadal. Al gran Pete Sampras, por ejemplo, siempre se le atragantó la arcilla parisina.

Federer se presenta, por su parte, como el jugador con más títulos ganados este año, con cuatro: los Master 1.000 de Indian Wells y Madrid y los 500 de Rotterdam y Dubai. Nadie como el suizo, de 30 años, sabe dosificar los esfuerzos. Es el jugador con más títulos del Slam en la historia (16, por 14 de Sampras). Ganador en 2009 ante Soderling y perdedor de cuatro finales ante Nadal, no tiene el torneo parisino como principal objetivo del año pues sabe que sus mejores opciones pueden llegar a continuación, en la doble cita este año en el All England Tennis Club: Wimbledon y los Juegos Olímpicos.

Ayer, en la primera jornada, Fernando Verdasco, Juan Carlos Ferrero, Pablo Andujar y María José Martínez comenzaron su andadura en este torneo con victoria en la primera jornada, en la que Daniel Muñoz de la Nava, Albert Montañés y Lara Arrubarrena-Vecino se despidieron prematuramente tras el primer encuentro.