Una jornada de ensueño, con cuatro embarcaciones que lograron el doblete, oro y plata, en K-2 masculino y C-2, permitió a España mantenerse como la primera potencia en el Mundial de piragüismo en la modalidad de maratón, con seis medallas sénior, dos sub'23 y una júnior. Fue una nueva ocasión para que los palistas zamoranos demostrasen su valía y, aunque no hubo demasiada suerte, la medalla de bronce de Eva Barrios colma todas las esperanzas y más, teniendo en cuenta las significativas ausencias de Emilio Merchán y Carlos Garrote, campeones el pasado año en Crestuma.

Pero también nuestros veteranos tuvieron de nuevo un gran protagonismo con las medallas de Susana Cordero, Bienvenido Pérez, José Carlos Ramos, José María Carrascal y Víctor Riego. Y conviene recordar que otro zamorano, Juan José Román Mangas subió de nuevo a lo más alto del podio para recoger el trofeo que proclama a España como campeona del Mundial.

Por lo que respecta a la jornada de ayer, apabullante resultó la actuación del asturiano Walter Bouzán y el gallego Alvaro Fernández Fiuza, que se proclamaron campeones del mundo en K-2, seguidos por el palentino Jorge Alonso y el catalán Albert Corominas.

Lo mismo ocurrió en C-2, donde la hegemonía de los canoístas gallegos les aupó a la medalla de oro, lograda por Oscar Graña y Ramón Ferro, y la plata, que correspondió a Diego Romero y Cristian Ribadomar.

El Mundial 2010, con participación de 34 países, ha deparado otros dos podios para el equipo español, sendas medallas de plata para el asturiano Manuel Busto, en K-1, y el gallego Tono Campos, en C-1. En sub'23, el gallego Manuel Garrido revalidó el título mundial en C-1 y la zamorana Eva Barrios fue bronce en K-1. En júnior, Miguel Hernández fue segundo en C-1.

Los dos K-2 españoles llegaron juntos comandando la cabeza de carrera al primer porteo ante el entusiasmo de los más de 2.000 espectadores que presenciaban la regata en el lago de Bañolas.

El asturiano Walter Bouzán y el gallego Alvaro Fernández Fiuza, ganadores del Descenso Internacional del Sella 2010, y el palentino Jorge Alonso y el gerundense Albert Corominas exhibieron desde el inicio el talante colaboracionista encaminado a garantizar el podio de ambos barcos.

Sin concesiones y manteniendo la vitola de candidatos al podio, tras varios relevos, en los que colaboraban especialmente los checos, los españoles volvieron a presentarse ante el graderío al frente del primer grupo en el segundo porteo para llegar ambas embarcaciones tras la checa de Jakub Adam y Michael Odvarko al tercero.

La regata fue desde el inicio un control a cargo de los dos barcos españoles y del checo, a los que por momentos se unían los argentinos Pinta-Mozzicaffredo, y en ocasiones los integrantes de un segundo grupo, otras cuatro embarcaciones que nunca llegaron a descolgarse.

Con la mitad de la prueba disputada, el paso por el cuarto porteo mantuvo la dinámica de aplomo y contundencia con la que se comportaban Alonso-Corominas y Bouzán-Fiuza, que tiñeron de rojo el liderato de la regata, constatado también en el quinto y el sexto porteo.

El desenlace de la carrera se presentó con un sprint en el que Bouzán y Fiuza enfilaron la línea de meta con la seguridad que les proporcionaba poner fin a tantos kilómetros, sellando así una actuación de ensueño con la que ponen broche de oro a una temporada en la que han ganado todas las grandes citas de las largas distancias.

Tras ellos entraron en un cómodo segundo puesto Alonso y Corominas que certificaron el asentamiento del potencial español en la elite mundial, incluso cuando este año la selección tuvo que readaptar los dos K-2, uno por la baja del campeón del mundo zamorano Emilio Merchán, en cuyo lugar entró Bouzán, y el otro por la retirada del palentino Santiago Guerrero, al que sustituyó el catalán Albert Corominas.

En C-2, España también tiró de galones para copar los dos primeros puestos aprovechando la hegemonía que los canoístas gallegos ejercen en la especialidad.

La medalla de oro, lograda por Oscar Graña y Ramón Ferro, y la plata, que ha correspondido a Diego Romero y Cristian Ribadomar, ha certificado la actuación dominante del equipo español durante toda la regata, especialmente intensiva en las últimas de las seis vueltas que tenían que remar para completar una distancia de 25,6 kilómetros.