Mourinho es un hombre de empresa. En una oficina, el entrenador del Madrid sería ese compañero del que siempre tiran los jefes cuando hay problemas. Aquel que no protesta por quedarse hasta la medianoche y que nunca aparecerá por un despacho reclamando las horas extra. Por eso no se le ha oído una voz más alta que otra por no tener ese delantero centro que pidió en las últimas semanas para complementar a Benzema e Higuaín. No duda de ninguno, le parecen buenos jugadores, pero ni el argentino ni el francés reúnen las condiciones que Mou pretende para el atacante ideal. No pudo ser y se apañará con lo que le dieron, que no ha sido poco y todo a la carta. Mourinho estuvo el miércoles en Nyon, en el foro anual de entrenadores de la UEFA. Llamó la atención su encuentro con Guardiola. El portugués llegó al lugar de la reunión en un furgoneta con Carlo Ancelotti (Chelsea) y Claudio Rainieri (Roma), entre otros. Al poco se encontró con Pep y Mourinho se dirigió al lugar que ocupaba el entrenador del Barcelona. Estuvieron charlando un rato, en presencia del técnico del Werder Bremen Thomas Schaaf. El encuentro dejó entrever cordialidad.

Mourinho aprovechó para agarrar una bandera que, a este paso tendrá que ondear toda la temporada. Le preocupa la nueva lesión de Cristiano Ronaldo por una entrada de un rival. «Le pegan muy fuerte, y las tarjetas amarillas, o no llegan o tardan en llegar. Cristiano es un jugador que no tiene la cultura de la piscina, que no tiene la cultura de la simulación, es un jugador con formación británica, con formación Ferguson», señaló el técnico portugués. «En algunos casos los simuladores son aquellos que tienen más protección, y aquellos que son honestos muchas veces son los perjudicados», criticó Mourinho, que tendrá la baja de Cristiano Ronaldo durante dos o tres semanas por el golpe que recibió en el tobillo derecho en el primer partido de liga, el domingo en Palma contra el Mallorca (0-0).

Respecto a los fichajes del brasileño Robinho y el sueco Zlatan Ibrahimovic por el Milán, rival de su equipo en la fase de grupos de la Liga de Campeones, Mourinho reconoció que estas incorporaciones suponen «una complicación dada su grandísima calidad».