Entrevista con el presidente de la SGAE

Antonio Onetti: “El artista joven tiende a la rebeldía, pero cuando empieza a cobrar derechos tarda diez minutos en entender el ‘copyright’”

El presidente de la SGAE invita a celebrar el 125º aniversario de la entidad con un amplio programa de conciertos, homenajes y exposiciones, pasando página de episodios convulsos que la llevaron “al borde de la desaparición”

El presidente de la SGAE, Antonio Onetti.

El presidente de la SGAE, Antonio Onetti. / Francis Tsang

Jordi Bianciotto

La SGAE afronta su 125º aniversario tras dejar atrás un ciclo de graves convulsiones internas. ¿Una oportunidad?

Podemos celebrar que hemos salido de una crisis muy grande, que hemos normalizado la casa y recuperado los niveles de recaudación que teníamos 15 años atrás. Ya no tenemos deudas pendientes con Cultura ni con las entidades internacionales, que nos habían llevado al borde de la desaparición hace cinco años. 

Dañó la imagen de la entidad el episodio de ‘la rueda’, en el que algunos socios tenían grandes ingresos de autor de las televisiones por sus apariciones de madrugada, con audiencias ínfimas, interpretando composiciones que muchas veces no eran suyas, sino piezas de dominio público acreditadas a su nombre. El caso fue a parar a la Audiencia Nacional. ¿En qué punto está?

Se terminó la instrucción y ahora tendrá que haber un juicio, que no sé cuándo será. Ahí lo que se juzga son delitos de falsificación de esas obras que presuntamente algunos autores registraban como propias y que les reportaban pingües beneficios. Esa es una cosa, y otra, la distorsión del reparto, dado que no respondía a la máxima de que fuera justo y proporcional a la audiencia y al consumo que generaba. Eso era legal durante un tiempo, pero fue escandaloso y se le tuvo que poner un tope. Pero ya cumplimos con lo que nos pedía el Ministerio y se nos admitió de nuevo en la CISAC, el organismo internacional de las sociedades de autor.

Alrededor de un 50% de los socios está en Madrid; entre un 20 y un 25%, en Barcelona, y el resto se reparte por todo el país

Este 125º aniversario presenta un amplio programa de actividades que culminará el 14 de junio, día de la creación de la SGAE en 1899, con la entrega de unas medallas a los autores más significativos de la actualidad. Antes está el festival ‘SGAE es urban’. ¿Los jóvenes artistas urbanos perciben la SGAE como un posible aliado o más bien como un actor extraño que forma parte del sistema?

La juventud tiene una tendencia a la rebeldía que es natural, y el artista joven, más todavía. Pero en el momento en que sus obras empiezan a generar derechos, tarda diez minutos en entender que eso del ‘copyleft’ está muy bien pero que le gusta más el ‘copyright’. El que genera derechos de autor en seguida comprende que necesita una entidad de gestión para que los recaude, porque son suyos.

¿Un Morad, por ejemplo, está en la SGAE?

Pues no sé decir, porque afortunadamente hay 132.000 socios. Pero Quevedo está en la SGAE. Y Rosalía, aunque ahora está en la entidad estadounidense de derechos de autor, pero conserva una parte en la SGAE. 

En España hay una mentalidad de picaresca muy grande. No sé si podríamos averiguar cuánta gente paga el IVA.

Hay una ley sobre la Inteligencia Artificial en camino en la Unión Europea. ChatGPT ha reconocido que no podría funcionar sin violar los derechos de autor. ¿Cómo se conjuga eso?

Parece que es poner puertas al campo, pero los juristas están para eso. La SGAE, en su momento, y los autores, se enfrentaron a la aparición del gramófono, la radio, la televisión, las plataformas digitales… Ahora estamos poniendo los ladrillos para construir una normativa que nos permita que los autores se beneficien de esas máquinas que utilizan sus obras para entrenarse. Y para que quien oiga o vea algo hecho con IA, sepa que lo ha hecho una máquina y no un ser humano. 

Y mientras, la música en directo, muy orgánica ella, vive días de expansión. Se discute el 8,5% por ciento de la taquilla que hay que pagar a la SGAE. En el Reino Unido está en el 3%. ¿Eso puede cambiar?

Nosotros tenemos unas tarifas casi idénticas a otros países del mundo y, sobre todo, de Europa. En el Reino Unido es un poco más baja, pero no está en la Unión Europea. Nosotros estamos en la media europea, entre el 7 y el 8,5%, porque hay situaciones específicas donde se puede aplicar tarifas inferiores. 

¿Todos los promotores y festivales pagan escrupulosamente a la SGAE por los repertorios de los conciertos que organizan?

En España hay una mentalidad de picaresca muy grande. No sé si podríamos averiguar cuánta gente paga el IVA. Sí que hay oportunistas que se meten en un negocio y si se pueden ahorrar eso, pues mejor, pero cada vez menos. Muchas veces son los ayuntamientos los que pagan a doce meses o dos años después.

El programa del 125º aniversario arranca el próximo lunes con un concierto en el Palau de la Orquestra Simfònica del Vallès, dirigida por Miquel Ortega. ¿Por qué Barcelona?

Queríamos que las celebraciones estuvieran repartidas y no centralizadas en Madrid. Tenemos actividades, como mínimo, en las siete ciudades en las que tenemos sede: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao, Santiago y Las Palmas. En el caso de Barcelona, vamos a tener este concierto y más adelante un homenaje a Carmen Amaya que se está organizando con el Taller de Músics (el 9 de abril en Paral·lel 62). 

¿Casi el 25% de los socios de la SGAE está en Cataluña?

Va fluctuando, pero alrededor de un 50% está en Madrid; entre un 20 y un 25%, en Barcelona, y el resto se reparte por todo el país. 

Su legislatura termina en noviembre. ¿Volverá a presentarse?

Ahí termina mi mandato en principio. Todavía no es el momento de hablar de eso. Pero es importante destacar que, después de la época de Teddy Bautista, hemos estado por primera vez durante cuatro años seguidos con la misma persona al frente de la institución. Dice mucho de la estabilidad de la entidad.