Vecinos de 26 pueblos zamoranos han muerto en la carretera N-122 en los últimos 30 años

El tramo de Zamora a Quintanilha se ha convertido desde 1993 en la principal causa de muerte no natural para alistanos y trasmontanos

Paso de grandes camiones por la travesía de la N-122, en Alcañices. | Chany Sebastián

Paso de grandes camiones por la travesía de la N-122, en Alcañices. | Chany Sebastián / Chany Sebastián

La carretera Nacional 122 (Itinerario Europeo 82 de Helsinki a Oporto), principal arteria de comunicación de "La Raya" de España (comarca de Aliste) y Portugal (región de Tras os Montes y Alto Douro) ya se ha cobrado su tributo con la vida de vecinos de 26 pueblos de su zona paso e influencia desde hace treinta años, cuando fue declarada de "Interés Estratégico" su reconversión en Autovía del Duero.

Treinta años después la fatídica conexión entre Zamora capital (Guimaré) y Quintanillha y San Martín del Pedroso (frontera sobre el puente internacional del río Manzanas y enlace con la Autopista Trasmontana) se ha convertido por méritos propios, –las matemáticas son una ciencia exacta y no engañan–, en la principal causa de muerte no natural entre los habitantes de Aliste, Alba, Tierra del Pan y Tras os Montes y Alto Douro.

Circular por ella en estos tiempos, sentencian los alistanos y trasmontanos nonagenarios y octogenarios: "Es un atajo hacia el cementerio. Cuando tenemos que ir a Zamora casi hay que despedirse de la familia como cuando íbamos a la guerra porque no sabes si vas a volver por tu propio pie o en una caja de madera. Salir a la Nacional 122 supone jugarte la vida a cara o cruz".

José Junquera Cisneros, más conocido como Pepe, fue el último alistano en formar parte de la larga lista negra de los hijos de Aliste fallecidos en la Nacional 122. Lo que para él iba a ser un viaje de tarde de domingo para pasar el rato término en tragedia.

Nacido en La Torre de Aliste, donde pasó su infancia, fue emigrante en Suiza y tras regresar a su tierra de origen montó un bar que, ya jubilado, desde hace años tiene arrendado a una vecina.

Uno de los accidentes mortales en la carretera N-122. | Chany Sebastián

Uno de los accidentes mortales en la carretera N-122. | Chany Sebastián / Chany Sebastián

En ese mismo bar, junto a su casa alistana, Pepe tomo su último café el pasado día 3 de febrero, tarde de domingo. Hacia las 15.15 horas cogió su Renault Clío y se fue a visitar una viña que solía cuidar en la zona de Coreses para recoger sus uvas y hacer vino. Hacia las 16.35 horas perdía la vida en la conocida como "recta de Coreses", entorno al punto kilométrico 446, cuando intento cruzar frente al antiguo club de alterne.

Uno de los primeros fallecidos en este período de treinta años fue Francisco Añez Bartolomé, nacido en el Poblado del Esla y casado en Cerezal de Aliste, siendo él alcalde del Ayuntamiento de Muelas del Pan y profesor de la Universidad Laboral de Zamora (Centro de Enseñanzas Integradas), a mediados del mes de julio de 1997. El siniestro tenía lugar en la fatídica "recta de Coreses" al chocar con un camión.

A partir de ahí la carretera se ha convertido en una siniestra vía de comunicación olvidada de la mano de Dios y del Estado hasta el punto de que en sólo dos pueblos por donde cruza, por suerte, aún no hubo fallecidos: Vivinera y Alcorcillo.

Estos son los 22 pueblos alistanos y albarinos a los que la Nacional 122 le ha arrebatado a alguno de sus hijos o allegados: Alcañices (3), Muelas del Pan (5), Poblado del Esla, Bermillo de Alba, Cerezal, Fonfría, Fornillos, Samir de los Caños, Moveros, Ceadea, Arcillera, Alcañices, Trabazos, Latedo, Nuez, Mellanes, Rabanales, Fradellos, Bercianos, Sarracín y La Torre. En Ricobayo de Alba también hubo fallecidos, aunque en este caso, fue ya hace alrededor de 43 años. También hubo fallecidos de Sejas, pero ya en los años setenta. A ellos se suman los fallecidos en el tramo de Tierra del Pan: Valdeperdices (Iván Cavas de 20 años), Almaraz de Duero y Villaseco.

La N-122 siempre fue una vía muy peligrosa, sin embargo, su conversión en un punto negro de 73 kilómetros, llegaba el día 13 de mayo de 2017 cuando la República Portuguesa procedía a la apertura del túnel de Marao que permitía a la Autopista Trasmontana cruzar por sus entrañas la Sierra de Marao, rompiendo la frontera natural existente entre Braganza y Amarante.

Como era de esperar la primera y principal consecuencia fue desviar la práctica totalidad del transporte pesado Mario internacional del litoral Atlántico hacia el resto de Europa por la Nacional 122 y por Aliste. Entre 600 y 1.000 camiones de gran tonelaje diarios: trailers con una media de 14 metros de longitud, modernos y capacitados para mantener sin problemas la máxima velocidad permitida.

Circular por la Nacional 122 es hoy una auténtica aventura, mucho más aún en situaciones climatológicas adversas con lluvia o niebla al existir hasta 22 enlaces o cruces con pueblos.

En la mayoría de esos cruces, Trabazos, Viñas, San Mamed, Alcañices, Arcillera, Ceadea, Fornillos, Castro, Fonfría, Bermillo, Pino, Villaflor, Ricobayo, Muelas del Pan y San Pedro de la Nave: "En días con nieblas haces el stop y miras, pero no ves ni a treinta metros y tienes que salir a la aventura, si coincide que viene uno a mucha velocidad el choque es inevitable. Es un milagro que no haya más accidentes aún pues muchos de los cruces y enlaces se sitúan junto a cambios de rasante. Esto no es una carretera hacia el progreso y el desarrollo, es el camino más corto hacia el cementerio".

Es tal el temor entre los usuarios alistanos que en invierno (nieblas) y en verano (incrementó del tráfico) muchos optan por utilizar la carretera Za-P-1045 de Zamora a Mahíde, menos tráfico, para viajar con más garantías hasta la capital de la provincia.

Uno de los casos más esperpénticos se vive cada día en plena travesía urbana de Alcañices donde instituciones y normativa antepone el derecho de los vehículos a las personas: con un trazado de alrededor de un kilómetro desde la Comisaría de Policía (Disco Rojo) hasta la Gasolinera Fertol solamente hay un paso de peatones habilitado para que las personas puedan cruzar de un lado al otro de la Villa.

El Ayuntamiento de Alcañices lleva más de una década exigiendo incrementar con al menos otro paso de cebra en la zona del Santuario Mariano Diocesano de Peregrinación de Nuestra Señora la Virgen de la Salud. Unas peticiones que han caído en saco roto en la Subdelegación del Gobierno en Zamora, en Tráfico y en la Dirección General de Carretera del de Estado y en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. En Aliste y en la Nacional 122 el transporte no es ni un derecho ni sostenible: es jugarse la vida cada día a cara o cruz.

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