Una caja de pino para el topillo de Zamora

La asociación Grefa elabora un manual práctico en colaboración con los agricultores de la comunidad para atajar esta plaga de roedores

Topillo campesino.

Topillo campesino. / LOZ

Luchar contra la plaga de topillos que acecha los campos de Zamora de manera sostenible y a la vez eficaz es el objetivo del manual práctico para el agricultor que la asociación Grefa ha publicado en colaboración con el Ministerio para la Transición Ecológica y agricultores de Castilla y León, un manual disponible de manera gratuita en Internet para su libre difusión.

El manual, elaborado por Carlos Cuéllar Basterrechea (Grefa) y Javier Viñuela Madera (CSIC) analiza las características de la plaga del topillo en la región, responsable de daños y pérdidas en la agricultura, en especial en las plantaciones de leguminosas, la alfalfa y los brotes de cereal o colzas.

Esta especie, hasta hace unas décadas, sólo se encontraba en las zonas montañosas de Castilla y León y el Pirineo, donde abunda la vegetación herbácea todo el año, pero en las últimas décadas del siglo XX el topillo colonizó todo el interior de la meseta, y es que su rápida expansión está relacionada "con la modernización agraria", según apunta el estudio sobre el aumento de las superficies de regadío, de alfalfas y forrajes, "nuevos entornos diferentes a los ecosistemas cerealistas de secano tradicionales que limitaban su presencia".

Y es que la intervención humana puede ser en la mayoría de los casos un facilitador para la propagación de esta plaga. Algunos de los factores que han propiciado su extensión han sido la desaparición de la ganadería extensiva, el auge de los sistemas de siembra directa y los cultivos de alfalfa, las concentraciones parcelarias, la simplificación del paisaje agrario y de la red hidrográfica natural, la desaparición de los linderos boscosos, el uso intensivo de fitosanitarios y la consecuente escasez de depredadores naturales, según los autores.

Por ello, la misión de este manual es presentar algunas prácticas agrícolas que ayudan a proteger la población de los depredadores naturales, como la instalación de cajas nido para promover la conservación de las especies rapaces y favorecer su reproducción.

Un cernícalo vulgar adulto, consume de media hasta 3 topillos diarios, lo que supone un total de más de 1000 topillos al año

Por el contrario, se desincentiva acuchillar las cunetas o regatos con motoniveladora, tratarlos con herbicida, quemarlos o deforestarlos, ya que son lugares que experimentan una rápida recolonización por topillos tras estas intervenciones, mientras que los depredadores o especies cinegéticas como serpientes o comadrejas pueden perder sus refugios.

Estas especies precisan de mucho más tiempo para volver a recuperar sus poblaciones en esos espacios lineales seminaturales. En concreto, la guía de manejo para agricultores pide evitar a toda costa el uso de tóxicos fitosanitarios, "incluso aunque estén autorizados", subraya. Tras su aplicación, "las plagas de topillos siguen repitiéndose en el tiempo pero especies de depredadores, fauna esteparia y fauna cinegética, verán mermadas sus poblaciones y tendrán grandes dificultades para recuperarse".

De igual manera, el uso de venenos también se desaconseja. En el caso del rodenticida autorizado, el estudio apunta que supone el riesgo de intoxicación primaria para especies esteparias (protegidas y cinegéticas) que ya se encuentran en un alarmante estado de conservación. Además "existe un riesgo de intoxicación secundaria a especies depredadoras y carroñeras que ingieren sus presas completas y que podrían llevar restos de cebo intacto en su tracto digestivo", continúa el manual sobre una técnica que desaconsejan.

¿Qué proponen?

El manual indica, paso a paso, el proyecto de cajas nido para aves rapaces, un control "biológico" del topillo campesino que se instalan para compensar la escasez de antiguas construcciones como chozos y palomares y de árboles eliminados de los linderos por las concentraciones parcelarias.

Estas cajas nido facilitan la labor de especies depredadoras: una pareja de lechuza común captura entre 900 y 1000 topillos solo durante su período reproductor (tres meses al año). Una pareja de cernícalos vulgares caza unos 20 kilos de roedores para alimentar a sus pollos durante la época de cría. Un cernícalo vulgar adulto, consume de media hasta 3 topillos diarios, lo que supone un total de más de 1000 topillos al año, recuerdan los autores.

Las instalaciones de las cajas nido, cuyo diseño puede encontrarse en el manual, se harán con entrada orientada al sur o al oeste y lejos del paso de personas o vehículos, tendidos eléctricos, carreteras, parques eólicos y balsas de riego. Si se hace de manera adecuada, "las rapaces llegan de forma natural, no se precisan cebos ni atrayentes", concluyen los autores. Instalar posaderos temporales servirán también de oteaderos a las rapaces depredadoras.

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