La víctima de Ramos Gordón lleva a Europa su batalla por la justicia contra los abusos sexuales

Javier interviene en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que acuerda la indemnización para los supervivientes

El alto organismo europeo apuesta por una investigación y atención adecuada a las víctimas

"Una sociedad avanzada no puede seguir ocultando crímenes"

"El abuso sexual es una de las peores formas de violencia que existe"

"Lo más terrible de todo es que, aún sabiendo, pudiendo evitar, se mira para otro lado".

Javier, a la izquierda, ayer durante la comparecencia en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa

Javier, a la izquierda, ayer durante la comparecencia en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa / Cedida

"En mi niñez, mi adolescencia y ya de adulto he cargado con la sombra de una culpa que no es mía, una vergüenza que no me pertenece y sobre todo un miedo que en muchas ocasiones me paraliza". Javier, víctima reconocida por la Iglesia (aunque no reparada), por los abusos sexuales que sufrieron él y su hermano gemelo siendo unos niños por parte del ex cura de Tábara, José Manuel Ramos Gordón, ha llegado con su batalla hasta el Consejo de Europa, en Estrasburgo.

Dispuesto a llegar hasta el final con la verdad y por la justicia, las palabras de Javier han sido escuchadas por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en la que están representados 46 países con más de 600 millones de habitantes. Este organismo votaba ayer a favor de tratar los casos de abusos del pasado siguiendo el ejemplo de Suiza.

Por lo tanto, el sufrimiento de los supervivientes de abusos "debe ser reconocido oficialmente en los Estados miembros, los afectados deben recibir un pago de reparación –independientemente de cualquier prescripción– y debe realizarse una investigación científica en los respectivos países". La Asamblea ha hecho un llamamiento a todos los estados miembros para que hagan balance de la situación de la violencia cometida en instituciones públicas, privadas o religiosas contra los niños, con el fin de crear las condiciones adecuadas para que las víctimas puedan hablar.

Las innovadoras recomendaciones del Consejo de Europa se corresponden con las exigencias de la "Justice Initiative " europea, lanzada por la fundación suiza Guido Fluri. En el contexto de esa importante decisión, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha escuchado el testimonio personas que sufrieron agresiones sexuales cuando eran unos niños o adolescentes como Javier, víctima de abusos sexuales continuados en el curso 1988-1989, a la edad de 14 años, cometidos por el sacerdote José Manuel Ramos Gordón, tutor de la víctima en el Seminario Menor de La Bañeza, quien reconoció los hechos y fue apartado de las labores parroquiales.

"Muchas veces me he sentido sólo, incomprendido y sin apoyo. Es muy importante y necesario escuchar con atención nuestras historias" ha expuesto Javier ante el Consejo de Europa. "El abuso sexual es una de las peores formas de violencia que existe, pero en mi caso, y estoy seguro que en muchos otros, no sólo el abuso en sí cuando se produce es devastador, posteriormente nos encontramos limitaciones como la negación, el encubrimiento que hacen que la situación del abuso sea todavía peor".

En la comparecencia pública de quien ha protagonizado una batalla prácticamente en solitario, cuando hablar de abusos sexuales en el seno de la Iglesia era un tabú, Javier ha relatado que "hace ya mucho tiempo comprendí que tengo que vivir con lo sucedido, con lo que nos hicieron, con todo lo que han hecho para que la verdad permaneciera oculta. Eso es lo más terrible de todo, aún sabiendo, pudiendo evitar y aún así mirar para otro lado".

Javier recordó en su comparecencia a su amigo Emiliano (víctima de otro sacerdote del Seminario de La Bañeza, fallecido en agosto de 2022) y a su hermano gemelo (también fallecido) "que sufrieron, igual que yo, violencia sexual en la infancia, lucharon por ello y partieron antes de tiempo y a quienes nadie les podrá reconocer su verdad ni devolver la dignidad robada".

El ex seminarista destacó el acuerdo del Consejo de Europa, así como el reconocimiento y visibilidad. "Una sociedad avanzada, en pleno siglo veintiuno, no puede seguir ocultando sus crímenes y desentenderse del cuidado de sus menores, eso sería más propio de otras épocas sentenció.

Una reparación al margen del tiempo transcurrido

En Suiza, una iniciativa popular, la "Iniciativa de Reparación" de la Fundación Guido Fluri, dio lugar a una ley estatal centrada en el reconocimiento de la injusticia, la reevaluación científica y los pagos solidarios. Como resultado, más de 12.000 supervivientes de abusos a menores han recibido el reconocimiento oficial de la injusticia y un pago solidario, y los casos de abusos han sido tratados por el Estado.

A raíz del éxito de esta reparación, grupos de víctimas y organizaciones de protección de la infancia de toda Europa unieron sus fuerzas en la "Iniciativa por la Justicia" e hicieron campaña a favor de un proyecto de ley similar en el Consejo de Europa. Con la votación de ayer, el Consejo de Europa exige a los Estados miembros que hagan balance de la situación de los abusos a menores en las instituciones. Las investigaciones deben ser amplias y abarcar los abusos físicos, sexuales y psicológicos.

Las autoridades deben reconocer el sufrimiento infligido y ofrecer una atención adecuada a sus efectos, si es posible. Esto debe ir seguido de una disculpa formal y oficial de las autoridades a las víctimas pasadas y presentes. Por último, debe concederse una indemnización a las víctimas, independientemente de su edad: debe haber una reparación oficial para todas las víctimas, para todos los niños que hayan sido objeto de cualquier forma de violencia física, sexual o psicológica y sin límite de tiempo para esclarecer los hechos.

Por consiguiente, el tiempo transcurrido entre la perpetración de los abusos y su revelación por la víctima no puede justificar la denegación de cualquier reparación. El importe de la indemnización concedida debe ser sustancial y proporcional al daño y al sufrimiento causados. Los Estados deben emprender un amplio programa de medidas de prevención y sensibilización.

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