Una tromba de agua siembra el caos en La Bóveda: "Ha sido un susto gordo"

Bomberos de Toro y vecinos, desbordados ante la monumental descarga de 50 litros en apenas media hora de la tarde del sábado

Agua embalsada en La Bóveda

Agua embalsada en La Bóveda

Una espectacular tromba de agua trastocó por completo la tranquilidad de los vecinos de la Bóveda de Toro. Ocurrió en el atardecer del sábado, pasadas las ocho de la tarde, cuando la amenaza de tormenta que se adivinaba en el cielo, descargó con toda la fuerza en este pueblo de La Guareña y sus alrededores.

"Alrededor de 50 litros en media hora" describe la alcaldesa en funciones, María Jesús Riesco, a quien la tormenta (como a muchos vecinos) le pilló en la iglesia donde tenía lugar un funeral. El diluvio obligó a rescatar a algunas personas en coches mientras el regato se desbordaba y las calles se convertían en un río. Troncos, alambras, escombros, el torrente arrastró gran cantidad de material y vegetación hasta que el regato colapsó y formó un mar.

Una de las calles de La Bóveda convertida en un lodazal, ayer por la mañana. | M. J. R.

Una de las calles de La Bóveda convertida en un lodazal, ayer por la mañana. | M. J. R. / Irene Gómez

Dos máquinas intentaban abrir paso al cauce, pero era tal la fuerza del agua que no se pudo evitar la entrada en las casas y garajes más cercanos, a pesar de los esfuerzos de los vecinos por tratar de contentar la riada. En una nave donde fue necesario rescatar a los caballos. Imposible cruzar las calles, la carretera de Fuentelapeña desapareció bajo la riada. Los vecinos se apresuraban a llamar a los bomberos de Toro, que se desplazaban para achicar agua de casas. garajes y bodegas.

En apenas media hora buena parte del pueblo se veía afectado por la imponente tormenta, similar a la de junio de 2018.

Arrastres tras el torrente de agua. | M. J. R.

Arrastres tras el torrente de agua. | M. J. R. / Irene Gómez

Los bomberos de Toro intervinieron en distintos edificios achicando agua, entre ellos el chiringuito (ahora cerrado) inundado por el torrente, ocupando el agua varios centímetros en el interior del local. El agua se embalsaba en las calles mientras bomberos, vecinos y desde el Ayuntamiento se intentaba abrir arquetas para favorecer la salida del agua.

Los bomberos de Toro estuvieron hasta las dos de la madrugada achicando agua con las bombas, al igual que los vecinos.

Los bomberos de Toro junto al chiringuito. | Bomberos Toro

Los bomberos de Toro junto al chiringuito. | Bomberos Toro / Irene Gómez

Los terrenos de cultivo tampoco se libraron de la gran tormenta. Tierras sembradas de patatas, "han quedado destrozadas" apuntaba un agricultor. "El cereal ya estaba perdido, pero esta tormenta es la puntilla para estos otros cultivos". Al agua acumulado en los últimos días se sumó la imponente tormenta del sábado que provocó grandes lagunas en las tierras cultivadas.

Una bomba saca agia de un garaje. | B. T.

Una bomba saca agia de un garaje. | B. T. / Irene Gómez

Tras la agitada noche del sábado, las calles de La Bóveda amanecían ayer hechas un lodazal de tierra y barro, piedras, cascotes y materiales arrastrados por la riada. En las casas y garajes queda trabajo por delante para limpiar y reponer los destrozos provocados por la tormenta.

"Ha sido un susto gordo" resumía María Jesús Riesco, que este domingo recorría el pueblo con el fontanero asegurándose de que no hubiera problemas. Y todo ello con la mirada puesta de nuevo en el cielo, pues la amenaza de tormentas aún no ha desaparecido.

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