Un Zangarrón entre la bruma cierra el ciclo de mascaradas de invierno

Sergio Lanseros Pérez perpetúa la legendaria historia del diablillo, con su función del Día de Reyes

Diferentes momentos de la representación del Zangarrón de Reyes, ayer en Montamarta, este año representado por Sergio Lanseros Pérez. | José Luis Fernández

Diferentes momentos de la representación del Zangarrón de Reyes, ayer en Montamarta, este año representado por Sergio Lanseros Pérez. | José Luis Fernández / I. G.

I. G.

El Zangarrón de Reyes pone el broche de oro a las celebraciones de la Navidad en Montamarta y a las representaciones de las singulares mascaradas de invierno que prevalecen en la provincia de Zamora.

Broche de oro a las mascaradas de invierno

Broche de oro a las mascaradas de invierno / I. G.

Tras la función del Año Nuevo, el legendario diablillo ha vuelto a recorrer las calles del pueblo de la Tierra del Pan. Esta vez el “honor” fue para el joven Sergio Lanseros Pérez, que ha visto cumplido su sueño de ser Zangarrón, contribuyendo a perpetuar la fiesta más señera y singular de Montamarta y una de las referencias del calendario de invierno en los pueblos zamoranos.

Ha sido una mañana de niebla y frío, como es de rigor en el 6 de enero. Desde bien pronto el insistente tintineo de los cencerros se ha empezado a escuchar por las calles de Montamarta en la mañana de Reyes. Era el Zangarrón pidiendo el aguinaldo.

Sergio Lanseros Pérez es el único joven de la quintada que reside en Montamarta y estudia el Grado Medio de Agroalimentaria en el Instituto Alfonso IX de Zamora. Y el segundo de la familia que representa al Zangarrón, después de su hermano que lo encarnó el día de Reyes de 2015.

Broche de oro a las mascaradas de invierno

Broche de oro a las mascaradas de invierno / I. G.

Una tradición que ha vivido desde niño y que ha asumido “con ilusión y nervios” confesaba a este diario. Sergio realizó una preparación física previa para no desfallecer y aguantar la larga mañana corriendo y brincando con los voluminosos cencerros a la cintura. Una prueba dura que los mozos ejecutan con suma responsabilidad.

Solo encontró respiro en el atrio de la ermita de Nuestra Señora del Castillo mientras los feligreses celebraban la misa y convenientemente tapado con una manta para no quedarse frío.

Como es propio del Día de Reyes, el Zangarrón viste la máscara roja y las patas del pantalón de color rojo y amarillo. Un atuendo más floreado y colorista que el del día de Año Nuevo. Y con los identificativos cencerros en la cintura, atados a un cinto, y un tridente en la mano.

Sergio Lanseros Pérez ya forma parte de la legendaria historia del Zangarrón de Montamarta, una mascarada que se ha ganado prestigio por méritos propios.