Las mieles de Zamora que sobrevivieron al fuego y a la sequía se citan en el Zángano de Oro

Esta cata quiere ser un escaparate para la promoción de un oficio con impacto social en el mundo rural

Imagen de archivo de dos apicultores que inspeccionan las colmenas. | J. S.

Imagen de archivo de dos apicultores que inspeccionan las colmenas. | J. S. / I. Barahona

I. Barahona

El sector apícola de Zamora ya ha empezado el circuito de catas de las mieles de las últimas cosechas del 2022, unas citas que este año acogen las muestras de un producto escaso, cuya producción se desplomó como consecuencia de la sequía y los fuegos pero que se mantiene en los concursos tanto locales como nacionales.

El invierno llegará de manera oficial en unos días, momento en el que la apicultura se aletarga y se prepara para esperar a las nuevas floraciones: este año el paso de los meses fríos se hace aún más difícil para los profesionales zamoranos tras una temporada marcada por una recolección escasa en la última campaña.

A pesar de las malas noticias, el sector sigue vivo y apuesta una vez más por dar difusión a los productos locales gracias a iniciativas como el certamen de mieles Zángano de Oro en el que este año compiten 37 mieles procedentes de toda la provincia de Zamora y cuyo objetivo es “poner en valor las mieles de Zamora”, según han dejado saber desde la organización sobre un oficio “de gran impacto social en el medio rural”.

El Zángano de Oro contará con la colaboración de la Asociación Productores Independientes de Zamora PINZA. Y es que esta cata de mieles quiere ser un escaparate “de la riqueza gastronómica de Zamora” al que han animado a sumarse al resto de asociaciones apícolas de la provincia y las figuras de calidad de Zamora para fomentar la marca de calidad miel de Zamora.

La sexta edición dará a conocer al ganador el 23 de diciembre

La cata del Zángano de Oro dará a conocer la semana que viene a los cinco finalistas de la edición de este año, auspiciada por la Diputación de Zamora. Estás mieles son analizadas organolépticamente por un jurado de cata profesional de ámbito nacional. El trabajo que conlleva catar 37 mieles “es disciplinado, ya que es aconsejable sólo catar un máximo de 4 mieles al día para no saturar los sentidos del gusto y olfato con el fin de identificar los aromas más ocultos”, ha expresado la organización del certámen.

El jurado de esta primera fase está formado por Ana Belén de Cacabelos (León) con más de 8 años de apicultura profesional en ecológico, Miguel Vélez de de Formigones (León) biólogo, apicultor con más 30 años de experiencia en la identificación organoléptica del origen botánico de las mieles , Daniel Custodio (Salamanca) biólogo colaborador científico. y catador experimentado y Alberto Colina( Burgos) catador profesional, director de cata e impulsor de Mieladictos.

Estos cuatro jueces valorarán la presentación, homogeneidad, cristalización, limpieza, sabores, aroma, viscosidad, astringencia, frescor, picor y textura de las muestras hasta dar con las cinco mieles que serán las finalistas de esta sexta edición.

Una época complicada para la apicultura

Según han comunicado desde las organizaciones agrarias, este sería uno de los sectores que arrastraría más perjuicios durante este invierno por la falta de llegada del suficiente apoyo económico desde las administraciones, desde no se ha contemplado el lucro cesante que han sufrido las explotaciones apícolas como consecuencia de la pérdida de floración.

Tal y como señalan desde COAG, "la incógnita es si la próxima primavera habrá floración para que haya suficiente miel”, señaló el secretario general de la organización Lorenzo Rivera a este periódico sobre un sector que atraviesa el invierno sólo con las ayudas para el jarabe azucarado “ha quedado muy cojo”, finaliza sobre este eje de economía rural en Zamora.

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