Miles de personas visitan el Mercado Medieval de Puebla de Sanabria, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, en el fin de semana de más afluencia de todo el verano, y del año, a territorio sanabrés.
El zoco medieval abría nuevamente sus puertas el sábado, tras la inauguración el viernes, para disfrutar doblemente de los puestos y de las representaciones y figuraciones.
Los actores entrados en el papel hicieron cómplices a los visitantes que se han acercado a ver las actuaciones y los pasacalles que abrieron los bufones de la corte, mientras sonaba la música medieval, con gaita y guitarra.
Trol y Trola hacían el pasacalles contemplando desde las alturas al paisanaje. Un gran árbol en la Plaza del Castillo esperaba a que los niños terminaran la partida de ajedrez y el lanzamiento de bolas.
El mercado se recorre en familia, con niños y mayores atentos a los puestos de juguetes o de comida. Y de comida además de las almendras garrapiñadas se descubrió una novedad, las cortezas de bacalao, procedentes de la gastronomía de Almagro, en la provincia de Ciudad Real, que es la piel del bacalao al horno y antiguamente se hacía frita. Toda una novedad para los sanabreses, grandes aficionados al bacalao, como el público portugués que se desplaza hasta la villa.
Los componentes de Ourobouros recorrían las calles atrayendo las miradas y los oídos, mientras la bailarina danzaba con coreografías orientales, y esperando la llegada de la hora de los brujos y el concierto de Les Al´Varez que llenó la plaza del Castillo.
“Había muchas ganas de mercado” comentaba uno de los ceramistas desplazados desde Manises, Valencia, mientras pintaba las piezas de barro ante el público. Unos puestos más allá un mago dejaba con la boca abierta a niños y mayores con sus juegos. En el mundo de la magia “es mejor empezar por los trucos más fáciles” mientras pasaba una bola con rapidez entre los dedos. La palabra es “práctica” y adicionalmente “habilidad” y “destreza”.
El público infantil, y no tan infantil, disfrutó de los títeres y del gran dragón resguardado en la plaza. Otro de los puestos de platería de Valencia, del otro extremo del país, tiene buenas perspectivas en los primeras visitas al mercado.
En el espacio abierto de la Chopera esperan las aves a recibir la orden de elevar el vuelo, como la economía y el gasto.
